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Dos perros, a punto de morir por la ingesta de agujas

La Razón
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Una protectora alicantina denuncia trampas para perros en una zona cercana a la playa.

Un pequeño Beagle se comió 11 agujas y alfileres que estaban ocultos en una morcilla, mientras paseaba con su dueña en una zona de monte próxima a una playa alicantina. Alguien coloco el cebo con el objetivo de matar a cualquiera de los muchos perros que pasean por aquí a diario. Así le ocurrió también a un Teckel llamado Jazz, después de una intervención de más de tres horas, el perro se recuperar de lo que podía haberle matado. La policía local y el Seprona investigan lo ocurrido y tratan de averiguar quién ha podido hacer algo así. Se trata de un delito de maltrato animal castigado con multas de entre 6000 y 18.000 euros y 6 meses de cárcel.