El Consell dibuja los primeros bocetos del nuevo paisaje de la costa valenciana

Lograr una vía verde que una todo el territorio valenciano a través del litoral no es un objetivo nuevo. El diseño de este trazado está contemplado en la Estrategia Territorial de la Comunitat Valenciana, un documento elaborado por el Gobierno del PP pero sobre el que queda mucho trabajo por hacer.

Para dar un paso más en la construcción de esta ruta, la Conselleria de Vivienda ha presentado cuatro proyectos piloto con los que quiere rediseñar el paisaje de la costa valenciana. Son los primeros tramos de un itinerario verde, apto para peatones y ciclistas, que discurrirá por las proximidades del mar, en más de 500 kilómetros, desde Vinaròs hasta Pilar de la Horadada.

En la provincia de Alicante se propone unir las Salinas de Agua Amarga con el Clot de Galvany, conectando así el sur de la ciudad de Alicante con Elche. Pone en comunicación estos humedales y a través de recorridos transversales llega hasta el Parque Natural de las Salinas de Santa Pola.

Además, se incluyen rutas que discurren desde la vía litoral a la Institución Ferial Alicantina (IFA) y al Parque Industrial de Elche.

En la provincia de Castellón se ha articulado un itinerario que abarca los términos municipales de Vinaròs y Benicarló. Esta vía pondrá en valor playas de acantilados medios, desembocaduras como las del río Sénia y el barranco de Aiguaoliva. Además también protege paisajes agrarios vinculados al cultivo de denominación de origen de la alcachofa que llegan hasta el mar.

En la provincia de Valencia se ha comenzado por dos zonas emblemáticas. L’ Albufera de Valencia y la zona de Auir en Gandía.

En el primer caso se aprovecharán las vías ya existentes para dar continuidad y homogeneidad al recorrido. El programa también incluye la integración paisajística de los núcleos urbanos del Saler y el Perellonet, la recuperación de itinerarios históricos como el Camí del Tremolar, la mejora de los accesos al Palmar y la regeneración de zonas agrícolas degradadas.

Por último, en Gandía, se actuará sobre la desembocadura del Serpis, la playa urbana de Gandía y la playa natural y el frente dunar de el Auir, último espacio singular de gran valor ambiental existente en la zona.

Los recorridos transversales conectan la playa con elementos del patrimonio ambiental y cultural de la ciudad ducal como la marjal de La Safor, el Castell de Bairen, la Alqueria del Duc o el macizo del Mondúver.

La base, la protección

Los cuatro proyectos tienen como base el Pativel, el plan de acción del litoral que ha dado por finiquitada la construcción en los 500 primeros metros de costa. En esta primera franja solo se podrán poner en marcha los planes urbanísticos ya aprobados durante los cinco próximos años. Si pasado este tipo no se han iniciado, el suelo pasará a ser no urbanizable.

En la siguiente franja de costa, de los 500 a los 1000 metros, sí podrán levantarse nuevas edificaciones, pero nunca de uso residencial. Hoteles, cámpings e instalaciones deportivas de baja densidad podrán ocupar este cotizado espacio del litoral valenciano.

Una tramitación polémica

Solo el anuncio de un plan para preservar de nuevas construcciones en el litoral hizo saltar las alarmas de todos aquellos propietarios que llevan años esperando a que pase la crisis para retomar los planes urbanísticos previstos en esta zona. La Generalitat asegura que se han aceptado el 42 por ciento de las presentadas, aunque ha esperado a su aprobación en el Consell para comenzar a contestarlas. Para el PP este hecho demuestra que la tramitación no ha sido, cuanto menos, lo transparente que prometían y estudian si pueden iniciar medidas legales. Tras la aprobación del Pativel será el turno de los proyectos de paisaje que aún están en fase inminente.