Agricultura
El Consell espera otra sanción europea de 10 millones por la PAC
La falta de controles en la entrega de subvenciones es el principal argumento de Bruselas
La mala gestión de las subvenciones de la PAC (Política Agraria Común) durante los últimos años, es el principal argumento que presenta Bruselas para las sanciones que lleva imponiendo a la Comunitat desde hace meses. Si el año pasado la Conselleria de Agricultura, con Elena Cebrián a la cabeza, tenía que hacer frente al desembolso de más de 6,4 millones de euros por este concepto, ahora se espera una nueva sanción valorada en cerca de diez millones de euros.
No obstante, los responsables de la Conselleria intentarán rebajar esta cantidad. ¿Cómo? Convenciendo a los representantes europeos de que esta vez las ayudas se van a entregar de forma vigilada puesto que se están extremando los controles y mejorando los sistemas, aunque en verdad lo que haría falta es una plantilla más elevada, según fuentes de la Conselleria.
En realidad se trata de correcciones financieras, es decir, ayudas que fueron entregadas en su día a la Comunitat y que ahora debe devolver por no haberse empleado de manera adecuada. Es el mismo caso que el de la Ciudad de la Luz, en el que Bruselas insta al recinto a devolver a la Generalitat los 220 millones de euros, también de fondos europeos, que se utilizaron para su construcción.
Hasta 20 millones de euros
En septiembre del año pasado, cuando se impuso la primera sanción a la Generalitat por las subvenciones de la PAC, desde el Departamento de Cebrián ya se advirtió de que las multas por la mala gestión de estas ayudas podían llegar hasta los 20 millones de euros.
La consellera explicó en su momento que la «deficiente gestión» y «falta de personal» de la Conselleria de Agricultura entre 2007 y 2011 relacionada con los programas de frutas y hortalizas, y en particular con la transformación de cítricos, así como la ayuda específica de apicultura de 2011, estaban siendo objeto de revisión desde la UE.
En todo caso, en este momento aseguran que se están haciendo los deberes y se están reforzando los controles en el reparto de unas ayudas que, por otra parte, son esenciales para muchos agricultores. Se trata de solucionar unas deficiencias «estructurales», indican desde la Conselleria, y añaden que por eso mismo son todavía más graves, puesto que se trata de algo sistémico.
En cuanto a cómo se solucionará el problema de la falta de plantilla, es algo más complejo. El presupuesto de la Conselleria es bastante reducido y en este momento está descartado realizar una oferta pública de empleo.
Por ahora, se seguirán manteniendo reuniones con los representantes de Bruselas para convencerles de que las medidas que se están adoptando son suficientes e intentar que los diez millones se reduzcan de alguna manera.
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