Autonomías
El FLA se reduce a 53 millones al mes tras descontar los intereses del de 2012
El Consell afirma que la prioridad es destinar este dinero a «pagos sociales»
El Gobierno central empieza ya a cobrarse los intereses del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) de 2012. Lo hará descontando ocho millones de la cantidad que recibirá la Generalitat cada mes del fondo que le ha autorizado para este año. Así, de los 713 millones que recibirá para deuda autorizada, las arcas valencianas tendrán durante los próximos once meses un aporte extra a la financiación autonómica que ascenderá a 64 millones. Tras descontar intereses, se quedarán en 54 millones, según explicó el vicepresidente del Consell y portavoz, José Císcar, quien se comprometió a que las deudas sociales tengan prioridad.
El FLA de este año está dotado con 2.392 millones de euros, de los 1.679 se utilizarán para atender vencimientos de deuda con entidades internacionales.
Sin embargo, esta cantidad no es suficiente para atender las deudas que acosan a la Generalitat. El nuevo plan de proveedores anunciado por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, asciende a 2.700 millones a repartir entre todas las Autonomías interesadas. Servirá para pagar facturas con fecha a 31 de diciembre.
El Consell presume de haber liquidado buena parte de su deuda de 2011, al menos, la que entró en el primer plan que articuló el Ejecutivo de Rajoy. Por ello, Císcar avanzó que han solicitado que puedan entrar facturas de 2012 o, al menos, que añadan conceptos que se quedaron fuera. En cualquier caso, el vicepresidente afirmó que la Generalitat ha depositado sus esperanzas en los sobrantes aún no repartidos del FLA de 2012.
El pleno del Consell tampoco cerró ayer la venta o externalización de ninguna de las empresas públicas sobre las que existen ofertas de compra. La que corre más prisa es la del aeropuerto de Castellón, puesto que, de no producirse antes de que finalice este mes, se optará por la gestión directa del mismo o se sacará a concesión.
Incidió en que se trata de procesos muy complejos en los que la Generalitat tiene que decidir cuál es la mejor oferta. Además de comprobar que el comprador es solvente, dijo que es imprescindible que se garantice el desempeño del mismo servicio para el que fue constituida.
Como ejemplo puso el caso de Terra Mítica. Admitió que se vendió por debajo del valor de la inversión realizada, pero recordó que esta instalación ha dejado de suponer un gasto para el Gobierno valenciano y que sigue cumpliendo el mismo objetivo con el que fue creada, atraer turismo a Alicante. Las negociaciones para vender este complejo se prolongaron seis meses.
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