Déficit público

El gasto de la Generalitat en 2012 fue de 17.000 millones, 3.000 de años anteriores

La Razón
La RazónLa Razón

La gran incógnita que dejó el Síndic de Comptes, Rafael Vicente Queralt, durante su comparecencia en Les Corts el pasado lunes, fue cuánto gastó la Generalitat durante 2012, puesto que era muy complicado diferencias el gasto real del de años anteriores. Tal y como ha podido saber LA RAZÓN, el gasto de la Generalitat durante ese año fue de 16.974 millones de euros, de los cuales 3.065,7 corresponde a años anteriores, con lo cual el gasto real fue de 13.908,7 millones.

De esas cuantías imputadas de ejercicios pasados, sin duda alguna la más relevante es la que corresponde a Sanidad, a la que corresponden un total de 2.208,2 millones de euros. Otros 1.855,2 millones pertenecen a deuda asumida por entes públicos durante los años pasados.

Si a los casi 17.000 millones de gasto en 2012 se le restan estas facturas de años anteriores, resultan 12.432,4, pero a esta cifra hay que añadir el gasto incluido en el denominado Registro Unificado de Facturas (RUF) o Cuenta 409.

Facturas en los cajones

Este sistema, en el que en dicho año figuran un total de 1.477,1 millones, fue ideado por el conseller de Hacienda y Administración Pública, Juan Carlos Moragues, con la finalidad de evitar precisamente las denominadas «facturas en los cajones», un mal que ha perseguido a la Generalitat valenciana durante los últimos años, cuando se ha tenido que esforzar en redir cuentas ante el Ministerio de Hacienda.

El RUF sirve para asignar facturas sin consignación presupuestaria, es decir, gastos imprevistos que no figuran en los presupuestos y que es necesario situar en algún punto. Pues bien, el resultado del gasto real más las facturas sin consignación presupuestaria son los 13.908 de gasto real.

Una cifra por la que el pasado lunes la oposición le preguntó de manera más que insistente al Síndic de Comptes.

Durante su comparecencia, el Síndic sí que aprovechó para exigir un sistema normativo que evite las llamadas «facturas en los cajones» o sin contabilizar. Para ello reclamó una modificación de la ley de Hacienda pública, y admitió que le gustaría disponer de «más medios normativos» para poder pedir contabilidad a empresas subvencionadas, a los bancos o a la Agencia Tributaria.

De la reestructuración del sector público empresarial, dijo que es un proceso lento y difícil, porque la Generalitat tiene que asumir las deudas de cada ente liquidado.