Crisis económica
El humo de la discordia
La recién anunciada subida del precio del tabaco -un encarecimiento medio de 15 céntimos por paquete- ha hecho saltar las alarmas del sector productivo, pero también ha hecho reflexionar a los fumadores, que cada vez que el Estado incrementa el coste de la cajetilla, se plantean dejar el hábito. De hecho, se ha demostrado que es la medida más eficaz para dejarlo, junto con las restricciones a la publicidad y el patrocinio, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), pues conducen a la reducción tanto de los fumadores, como de los que se inician en su consumo.
Y es que las cifras en torno a este hábito resultan todavía alarmantes, ya que tres de cada diez hombres fuma cada día, frente a las dos de cada diez mujeres. Así pues, el consumo de tabaco es la principal causa de mortalidad evitable. Cada año mata a seis millones de personas en todo el mundo, de las cuales más de 600.000 son fumadores pasivos.
Sin embargo, existen datos para la esperanza, ya que en la última década se ha observado una tendencia a la disminución en la prevalencia de valencianos fumadores mayores de 16 años, pasando del 32 por ciento en 2001 al 24,8 por ciento actual.
También se observa en la actualidad un mayor porcentaje de personas que manifiestan haber dejado de fumar (exfumadores), porcentaje que alcanza el 19,1 por ciento en 2010 mientras que en 2001 se estimó en un 11,8, según los datos que maneja la Conselleria de Sanidad.
Mortalidad y legislación
El 31 de mayo de cada año, la OMS celebra el Día Mundial sin Tabaco, cuyo objetivo consiste en señalar los riesgos que supone este consumo para la salud y fomentar políticas eficaces de reducción del mismo. Los datos obligan a tomar medidas de todo tipo, pues fumar es la causa de la muerte de uno de cada diez adultos. De hecho, hasta la mitad de los actuales consumidores de tabaco acabarán falleciendo por una enfermedad relacionada con el tabaco. Esa cifra podría elevarse en 2030 a más de ocho millones de personas a menos que se tomen medidas urgentes.
Todo estos datos llevaron al Gobierno español a endurecer la normativa, haciéndola más restrictiva. Así nació la Ley 42/2010, de 31 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo y que prohibía fumar en espacios públicos y que, según se ha visto, ha tenido una amplia aceptación en la Comunitat Valenciana. No obstante, desde entonces también ha habido incumplimientos que han motivado la incoación de expedientes y sanciones cuando ha procedido sobre los establecimientos infractores.
Desde su aprobación y hasta el pasado 30 de abril, se recibieron 1.696 reclamaciones o denuncias de las que un 70,4 por ciento han sido realizadas por agentes de la autoridad y el resto, por particulares o asociaciones. Asimismo, se ha incoado expediente en un 67,3 por ciento del total de reclamaciones/denuncias y se ha derivado una sanción en un 76,7 de los expedientes resueltos.
El mayor número de expedientes iniciados, un 84,7 por ciento, ha sido por consumo de tabaco en lugares con prohibición vigente y un 6,7 por inadecuada señalización. El 66,5 por ciento de los expedientes estaban relacionados con bares.
Pero la norma ha demostrado ser efectiva. Cuatro de cada diez fumadores admite que fuma menos o mucho menos desde la entrada en vigor de la Ley.
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