Política

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El miedo de Puig

Imagen de Ximo Puig
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La decisión del presidente valenciano Ximo Puig de adelantar las elecciones autonómicas y hacerlas coincidir con las generales revela que está en un momento de extrema debilidad y que prefiere unir su destino al de Pedro Sánchez porque en solitario tendría muy difícil explicar su gestión a los ciudadanos.

El pacto con los independentistas de Compromís y con Podemos se cerró así de manera brusca y Puig puso fin a la legislatura el pasado lunes con un balance tétrico para los valencianos donde el oscurantismo, el sectarismo y el espíritu revisionista para reabrir heridas del pasado ha primado por encima de las personas.

¿A quién beneficia este adelanto? Esa respuesta sólo la tienen los votantes pero lo que está claro es que en el PP estamos preparados para que el cambio de ciclo se produzca y si es antes de lo que estaba programado pues mejor. La excusa de singularizar el proceso electoral valenciano no parece creíble cuando lo haces coincidir con las generales junto a Pedro Sánchez, quien ha ninguneado a la Comunidad Valenciana ignorándola por completo salvo para venir en el Falcon al FIB y para mantener el sistema de financiación de Zapatero que tanto nos lastra.

El miedo a la tendencia alcista del bloque de centro derecha y al enfado de los ciudadanos con la falta de gestión es lo que ha provocado el adelanto, junto al intento por quedar delante de Compromís en el bloque de izquierdas.

Los valencianos sabemos lo que ha sucedido en estos últimos años donde se ha perdido la oportunidad de salir con más fuerza de la crisis económica y los datos de empleo empiezan a flaquear (coincidiendo con el gobierno de Sánchez) lo que demuestra que es un pésimo compañero de viaje en las urnas.

Y también hay muchos reproches sobre la forma de gobernar del tripartito. En el PPCV hemos trabajado duro esta legislatura para actualizarnos, renovar y escuchar a la gente para poder ofrecerles un programa electoral que resuelva sus problemas y que la izquierda ha ignorado. La creación de un empleo de calidad será prioritario para mi partido en la próxima legislatura y ya se ha visto que las políticas del PSOE están aumentando la precariedad y la ralentización del crecimiento del mercado laboral.

La bajada de impuestos también va a ser un eje de actuación porque los ciudadanos no pueden ni deben soportar más presión fiscal y mucho menos en la actual coyuntura económica. La Generalitat no ha sido capaz de gestionar con eficacia y sólo buscaba crecer en ingresos con el dinero de los contribuyentes: cero imaginación, cero seriedad y nulo impulso de medidas desde la Administración que beneficien a los valencianos.

Desde el PPCV vamos a trabajar duro para eliminar las listas de espera en Sanidad que no han hecho sino crecer en los últimos años y también por garantizar la libertad en educación y en competencia lingüística. Los ataques de Puig y Oltra a los centros concertados y a la libertad de los padres a elegir la educación de sus hijos ha sido intolerable en este mandato y vamos a revertir esa situación.

También la riqueza cultural que supone tener dos lenguas como son el español y el valenciano también ha sido un motivo de disputa porque la izquierda, como siempre que ha gobernado, ha buscado arrinconar la lengua común de los españoles en una hoja de ruta de inmersión mimética a la utilizada por los independentistas catalanes.

Y es precisamente la integridad territorial una de las cuestiones que más va a polarizar la campaña. El tripartito se ha entregado al proceso independentista catalán, blanqueando la actuación de los golpistas y apostando por el diálogo con quienes quisieron y quieren romper España. En el PP queremos un país fuerte y unido, justo lo contrario por lo que están trabajando los socialistas, Compromís y Podemos.

Por mucho que ahora Mónica Oltra disimule el enfado con Puig por el adelanto electoral la realidad es que trabajan por reeditar una alianza que ha puesto a los valencianos en el furgón de cola en materia de percepción salarial, de financiación autonómica y también en el disfrute de las libertades porque la intromisión de la esfera pública en la privada ha sido continua.

Estamos preparados para ganar y superar una etapa de estancamiento que la Comunidad Valenciana no merece y si ese cambio llega el 28 de abril mejor que el 26 de mayo, por lo que estamos agradecidos al adelanto electoral de Puig. Los valencianos estamos orgullosos de nuestras señas de identidad, de nuestras tradiciones y costumbres, todo aquello que el gobierno de Puig y Oltra ha intentando cercenar.

Ese cambio social que han intentando forzar a través de las escuelas, los medios públicos y los apoyos financieros a entidades catalanistas no se va a producir porque los valencianos estamos orgullosos de nuestra propia historia y de nuestra pertenencia a España como proyecto común de desarrollo desde hace siglos. Todo eso se votará el 28 de abril y el PP apuesta con firmeza por preservar nuestros valores y el modelo democrático que la izquierda quiere corromper.