Gastronomía
El turrón toma el mando, llegó la hora de la verdad
Dulce, versátil y avalado por la tradición, hace realidad el anhelo de miles de consumidores durante las fiestas navideñas
Hagamos memoria, qué tienen en común las sobremesas navideñas, todas comparten una misma filosofía dulce. Hablamos del turrón, cuya llegada nos anuncia cada año el almanaque. Una época signada por su consumo.
Epidemia dulce al acecho que desvela su primacía en todos los hogares. La televisión convirtió al turrón en un altavoz itinerante...»Vuelve a casa.. Vuelve por...Navidad». Buscó la inmortalidad y la encontró. Qué tiene que tanto engancha.
Con la llegada de las fiestas se crea un ejercicio de empatía que hace posible predecir el beneplácito de la audiencia.
En época de Navidad, los sondeos gustativos, sin apenas margen de error, nos trasladan a mesas llenas de turrón. El último barómetro previo a las fiestas concede a este dulce una gran popularidad. En España se publican muchas encuestas de rigor científico. No cabe ninguna duda. El triunfo del turrón es cuestión de horas.
Turrón de Jijona o de Alicante. Dualidad sutil. Blando o duro. Senderos de gloria, vidas paralelas, unidos por un vínculo. Viven entre dos orillas aunque mantienen un pie en la tradición. Son cómplices, pero también rivales, en el campo de batalla formado por bandejas de acero inoxidable. La relación entre ambos, puede quedar marcada.
Tomen asiento, acérquense y déjense seducir. Damos comienzo a una declaración de principios. No todo tiene que ser blando o duro.
Tras años de fructífera colaboración, el bipartidismo da paso a otros sabores aprovechando la coyuntura gustativa. Mientras unos experimentan con otras texturas, otros permanecen fieles al indiscutible duende del clásico. Sempre Fidelis.
Incardinado en la médula de nuestra intrahistoria navideña visitamos una turronería y ejercemos de banco de prueba. Un trozo de turrón es un aliento de historia y al paladearlo se siente un recuerdo cálido que aupa su entregada dulzura. Almendra y miel compitiendo entre sí, con la clara de huevo como único testigo. Su maridaje no se limita a la gran dama de los frutos secos, otros ensalzan chocolates de manera perceptible. Turrones de yema y frutas escarchadas se suman al festival. Los de nata, nueces o coco completan la oferta. Química dulce e instantánea. Cuanto más artesanales, más predicamento entre la tribu exigente de entendidos que lo veneran.
Nuestro protagonista arrastra su malditismo de producto de temporada. Finalizadas las fiestas tendemos a darle la espalda y a traspapelar en nuestra agenda su consumo. Si pretendemos que perdure debemos poner fin a esta costumbre, su consumo debe ser gobernable.
Quizás merezca la pena una observación sobre los límites y confusiones del origen del turrón. La leyenda se entremezcla con la historia. De complemento alimenticio de atletas en la antigua Grecia, a invento árabe para sus ejércitos, pasando por la pascua judía.
Es en nuestra península, concretamente en Alicante, donde el trabajo de los «mestres» turroneros alcanza la eternidad. Su desarrollo está ligado a la monarquía. El jefe de cocina de Felipe II impulsa su consumo desde la cocina Real. Más tarde, llegaría la Pragmática de Carlos III. Protector de los turrones y confiteros. Pionero del comercio y también de la venta ambulante.
De paternidad geográfica disputada su carrera fue meteórica desde la edad Media. Forma parte del espíritu fundacional de la navidad actual. Receta archisabida. Miel y almendras componen un tándem que siempre funciona. Dulce polivalente y postre versátil, avalado por la tradición, que hace realidad el anhelo de miles de consumidores.
Hay frases que da miedo repetir «No se comerán el turrón».
Predomina una filosofía vital, que no está escrita. Disfruten del presente. Mañana ya se verá. Llegó la hora.
Nuestro protagonista cosecha audiencias millonarias y acapara la mayoría.
Recuerden el lema de menos es más. No tienen que renunciar a él. A quién no se le ha parado el tiempo ante el televisor tras ver un anuncio de turrón. Las frases, las músicas y también las escenas que forman parte de nuestra historia.
No hace falta que sigan leyendo más .
El Turrón toma el mando.
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