Comunidad de Madrid

Fabra cierra el año de los recortes a la espera del momento de la «inflexión»

Un nuevo Consell y una Administración que empieza a adelgazar es el terreno abonado del Consell para el cambio

Toma de posesion de los nuevos consellers de la Generalitat VAlenciana
Toma de posesion de los nuevos consellers de la Generalitat VAlencianalarazon

Bien está lo que bien acaba. Algo similar debió pensar ayer el Consell de Alberto Fabra después de conseguir el último pellizco del Fondo de Liquidez Autonómica. Los últimos meses del año han sido muy intensos, la Generalitat ha tenido que acometer durísimos recortes, unos a cargo de la Administración autonómica y otros tantos a cuenta del Gobierno central, y se han llevado a cabo virguerías financieras para conseguir pagar las nóminas todos los meses.

Sin embargo, esto no ha sido suficiente para contener a los ciudadanos, quienes se han lanzado a la calle día sí, día también, para protestar por los ajustes o para exigir cobrar las deudas pendientes. La huelga convocada por las farmacias ha sido sin duda la que más repercusión ha tenido en la sociedad.

El nuevo Consell de Alberto Fabra entra ahora en una nueva etapa. Así lo afirma el presidente sin temor. Revisa los datos del paro, que ha bajado durante dos meses, o el récord de altas de autónomos, o las empresas que eligen la Comunitat Valenciana para invertir, tales como la Ford o Ikea, y el presidente quiere pensar que 2013 será el año de la inflexión, donde no habrá que acometer nuevos ajustes. Lo hace a pesar de que es consciente de la dificultad que supone no solo cumplir con el 1,5 por ciento de déficit con el que debería cerrar 2012, y que superará, sino además reducirlo al 0,7 por ciento para 2013.

El déficit será mayor del permitido a pesar de la ingente cantidad de medidas destinadas a ahorrar. Las más dramáticas son las que han supuesto la reducción de las empresas públicas y el despido de 5.000 personas. La estructura del sector público empresarial ha quedado reducida a 46 entes y se han aprobado seis Expedientes de Regulación de Empleo (ERE).

También ha quitado complementos a los funcionarios y ha aumentado el control sobre el absentismo.

Fabra ha extendido los ajustes a los cargos de confianza. Ha reducido en un 30 por ciento los Departamentos, los cargos políticos y su personal al tiempo que ha limitados los salarios. Además, ha propuesto reducir un 20 por ciento el número de diputados y un 50 los miembros de instituciones estatutarias.

Preocupado por la imagen de los políticos, ha impuesto una serie de medidas estéticas tales como la reducción del parque móvil o el límite de 20 euros para los almuerzos de trabajo.

Dice el presidente que su labor es conseguir que la Administración sea eficiente con el menor coste posible. Así, ha constituido una central de compras y ha puesto en marcha medidas para contener el gasto farmacéutico. Sin embargo, Fabra no es partidario de aplicar un modelo sanitario como el que acaba de aprobar la Comunidad de Madrid, lo cual no quiere decir que el Consell haya desistido en la búsqueda de fórmulas para ahorrar en materia sanitaria.

Para 2013 ha elaborado un presupuesto austero de 13.940 millones. El 84 por ciento del mismo va destinado a políticas sociales. Es el mantra que ha acompañado a estas paupérrimas cuentas donde no hay apenas lugar para la inversión. Esta tendrá que venir de fuera y, por ello, la Generalitat se ha propuesto ceder suelo público industrial a aquellas empresas que se instalen en la Comunitat Valenciana a coste cero. Es la «fórmula Fabra».