Sanidad

Falsos argumentos contra la lactancia (II)

La peor enemiga de la lactancia es el miedo a no tener suficiente leche. El tamaño del pecho y del pezón es irrelevante, lo importante es el agarre

La lactancia es una función fisiológica que raramente falla
La lactancia es una función fisiológica que raramente fallalarazon

La peor enemiga de la lactancia es el miedo a no tener suficiente leche. El tamaño del pecho y del pezón es irrelevante, lo importante es el agarre

La hipogalactia o baja producción de leche es un temor que tienen la mayoría de las madres. Haced la prueba, cuando se pregunta a una embarazada si va a amantar la mayoría contestará: «Sí puedo sí». Las madres dudan y se sienten inseguras porque la presión del entorno las condiciona. A ninguna le he oído decir que igual no es capaz de parir. Entonces si ha logrado el cuerpo humano gestar un bebé, ¿porque no puede hacer leche esa glándula mamaria?

En algunas ocasiones, cuando la madre se obsesiona con que no produce leche suficiente, el bebé termina con los famosos y mal recomendados biberones de ayuda.

En verdad la madre no ha recibido la ayuda necesaria para producir leche, nadie se ha interesado por el número de tomas que el bebé ha hecho, y puede que se hayan restringido las tomas, «es tan bueno que no pide», y como, la lactancia es a demanda y no demanda, la madre no se lo pone al pecho.

El personal sanitario debe estar alerta en estos casos, no para traer el biberón de ayuda, sino para asistir, comprobar que el bebé realiza como mínimo de ocho a diez tomas en 24 horas.

También tenemos al típico recién nacido que se pasa todo el tiempo prendido al pecho. Debemos vigilar la postura, el agarre y la succión de ese bebé, mover la boca no significa que esté comiendo, los bebés succionan de un chupete aun cuando de este no sale nada.

El profesional debe enseñar a la madre a diferenciar la succión nutritiva, de la cual el lactante está obteniendo leche, de la succión no nutritiva, necesaria para relajar al bebé y para estimular la producción de leche en la madre, pero que no le está alimentando.

Todas las madres tienen leche para alimentar al bebé, la lactancia es una función fisiológica que raramente falla, el peor enemigo de la lactancia es el miedo a no tener suficiente leche. Si nuestras antepasadas más primitivas pudieron amamantar, ¿por qué ahora con muchos más recursos y conocimientos no vamos a poder hacerlo?

Lo que sucede es que ahora tenemos mucha pseudociencia, que pone en tela de juicio cuestiones incuestionables, muchas «expertas» que nunca han dado de mamar, pero que no dejan de aconsejar «tienes un pecho muy pequeño», «tu pecho es muy grande y vas ahogar al bebé», «no tienes pezón para que el bebé se coja», «la boca del bebé es pequeña para este pezón tan grande».

El tamaño es irrelevante, el pecho pequeño o grande produce leche. La cantidad de leche depende de las hormonas y estas necesitan de la succión del bebé, el tamaño del pecho está relacionado con la cantidad de tejido graso que tenga tu pecho.

Durante el embarazo los pechos se preparan y aumentan de tamaño y tras el parto a medida que el bebé mama incrementan su tamaño conforme se llenan de leche.

Además el bebé no mama solo del pezón, en el pezón está el final de los conductos por donde pasa la leche, para obtener la leche necesita tener parte de la areola en la boca, que es donde están los depósitos de leche, así que un pezón grande o pequeño influye muy poco o nada si la técnica de agarre es buena.

Las técnicas de ayuda a la lactancia deberían ser conocidas por todo el personal sanitario que tenga que estar en contacto con el bebé y la madre lactante, de este modo oiríamos menos eso de «no pude amamantar porque no tenía suficiente leche». Yo lo cambiaría y diría: «No pude amamantar por falta de personal cualificado».