Iñaki Zaragüeta
La AVL insiste en su línea
La Academia Valenciana de la Lengua ha conseguido abrir de nuevo la polémica en un capítulo que prácticamente estaba cerrado en nuestra sociedad. Imagino que lo ha hecho conscientemente y en contra de su propio destino. Si para algo fue creada por Eduardo Zaplana e incluida por Francisco Camps y por el resto de partidos cuando se reformó el Estatuto de Autonomía, fue para eliminar esa confrontación entre diferentes sectores de la Comunitat.
No me ha sorprendido porque, tradicionalmente, sus pronunciamientos se han inclinado siempre hacia un lado, hacia quienes creen en la unidad del valenciano y el catalán como lengua. Por más científicos, expertos y eruditos que sean, el horizonte de pacificar nunca debieron haberlo perdido.
La decisión del Consell, como dijo ayer su presidente Alberto Fabra, de dialogar para que la AVL acepte dictaminar una definición de nuestra legua acorde y totalmente compatible con el Estatuto, me parece un acierto. Se trata de implantar la racionalidad. En estos momentos, a nadie le interesa abrir una nueva vía a la beligerancia. Aunque yo no tenga legitimidad para ello, me inclino por que la AVL reconsidere su decisión.
Por otra parte y visto lo visto, el PP ha recogido lo sembrado. Como partido mayoritario y proponente de la institución no debería extrañarse tanto del resultado cuando ha entregado la llave y la mayoría de la misma para que sus componentes dirigieran sus pasos por la vereda que lleva a la provocación.
Así es la vida.
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