Economía
La Comunitat pierde 1.000 hectáreas de cítricos frente al auge en Murcia y Andalucía
La hegemonía de la región en este cultivo peligra claramente ante el crecimiento constante durante los últimos años de la superficie de cultivo en las autonomías competidoras
La hegemonía de la región en este cultivo peligra claramente ante el crecimiento constante durante los últimos años de la superficie de cultivo en las autonomías competidoras
La semana pasada se conocía la alarmante cifra de abandono de tierras de cultivo en la Comunitat Valenciana, que experimentó un incremento del 0,36 por ciento durante el año, lo que equivale a un total de 582 nuevas hectáreas que quedaron improductivas a lo largo de 2017. En el caso del cultivo de cítricos los número son aún más preocupantes. La superficie citrícola en la región cayó un 1,23 por ciento, pasando de las 149.381 hectáreas en 2016 a las 147.540 en 2017.
El hecho aislado es alarmante, pero más inquietante aún es que esta caída se produce en consonancia con un aumento de la superficie de cultivo de cítricos en las principales autonomías competidoras de la Comunitat: Murcia y Andalucía.
En la primera de ellas la superficie citrícola se incrementó el año pasado en 816 hectáreas, superando la barrera de las 40.000. Por lo que respecta a los andaluces, este cultivo vio aumentado su terreno en 212 hectáreas, al pasar de 76.194 a 76.406.
A pesar de todo, los valencianos siguen teniendo la hegemonía con un 53,6 por ciento de la superficie citrícola nacional, frente al 27,7 por ciento de Andalucía, el 14,5 por ciento de Murcia y el 3,5 de Cataluña. La cuestión es que estos porcentajes se han ido modificando durante los últimos años a favor de andaluces y murcianos. Las razones son varias. Por una parte el precio de la tierra, mucho más bajo en aquellas autonomías frente a los elevados costes en la Comunitat. Esto provocó la salida de grandes empresarios agrarios valencianos hace años, que vieron en la compra de terrenos allí una oportunidad mucho más económica.
El otro motivo se basa en los bajos costes de producción existentes en aquellas regiones debido a los latifundios, es decir, los cultivos de una mayor extensión. La pequeña extensión de los cultivos en la Comunitat hace que la rentabilidad sea mucho más baja.
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