La fiscal jefe está en funciones y el fiscal superior, a punto de jubilarse

Hace apenas una década hablar de fiscales o Fiscalía llevaba aparejada una breve explicación de su papel en los juicios. La sociedad no estaba tan familiarizada con su función como lo está ahora. Si acaso, sí se sabía que el fiscal general del Estado era un señor que solía cambiar cuando cambiaba el Gobierno, por lo que todo el mundo dudaba de su imparcialidad.

Ahora, el Ministerio Fiscal es mucho más popular porque en los últimos tiempos ha sentado en el banquillo a políticos y famosos en un proceso que parece no haber hecho más que empezar.

En Valencia, las tareas, la acusación en los juicios, que los fiscales gustan de definir como «la prevalencia de la Justicia» está dirigida por dos personas de reconocido prestigio, Ricard Cabedo, como fiscal superior del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat; y Teresa Gisbert, como fiscal jefe de la fiscalía provincial.

Se da la circunstancia de que los mandatos de ambos están a punto de concluir.

El fiscal Cabedo se jubilará este año, probablemente a finales, y la fiscal Gisbert está en funciones desde el pasado día 7 de marzo, al haber expirado ya su mandato de cinco años.

El fiscal jefe de Alicante acabará su mandato unos meses después que Cabedo y se dice que aspirará a una plaza en el Supremo. Castellón renovó la plaza hace cerca de un año en la persona de José Luis Cuesta.

Gisbert se presentará, dice, a la reelección; Cabedo, alcanzado el júbilo, se irá a su casa descansar.

Mientras, la actividad de las Fiscalías está a pleno rendimiento, con varios casos de corrupción en marcha como Emarsa, Cooperación, la rama valenciana de Gürtel, Brugal o el PGOU de Alicante. En este contexto social, en el que la cercanía de los fiscales en los actos oficiales incomoda a algunos políticos, se han de renovar las Jefaturas de los órganos citados en un delicado encaje de bolillos en el que se tratará de igual la representación de las distintas «sensibilidades». Ahora mismo, tanto el fiscal superior, como los dos fiscales jefes de Valencia y Alicante pertenecen a la Unión Progresista de Fiscales.

Es de prever que en la renovación entren nuevos cargos de sensibilidad más conservadora enmarcados en la Asociación de Fiscales.

Hay quien dice que Gisbert mantendrá su plaza, pero sí cambiarán de signo la Fiscalía de Alicante y la del TSJ. Conde Pumpido, por contra, nunca equilibró las fuerzas e impuso en todos los puestos a fiscales de la UPF.