Política

La línea oficialista de los socialistas valencianos se ancla al Botànic

El secretario general del PSPV-PSOE trasladará a Pedro Sánchez su idea de dejar el «tacticismo» para preocuparse de las cuestiones «fundamentales para el país»

Ximo Puig saluda a los nuevos miembros de la Acadèmia Valenciana de la LLengua
Ximo Puig saluda a los nuevos miembros de la Acadèmia Valenciana de la LLengualarazon

Ximo Puig no asistirá el sábado a la reunión del Comité federal del PSOE cuyo objetivo fundamental es establecer la estrategia de la formación de cara a los pactos para conformar el nuevo Gobierno central. En esta ocasión el argumento es el cónclave que el Consell tiene previsto celebrar el próximo fin de semana en Torrevieja. La reunión, que dicen fue convocada hace ya meses, también tiene gran trascendencia para el futuro institucional de la Comunitat Valenciana.

Puig no se irá a Torrevieja sin haber hablado antes con Sánchez. Se trata de una visita habitual de los barones regionales con el líder, donde trasladará la idea que viene repitiendo desde el domingo 26J: El PSOE «solo puede ser la alternativa al PP» y, por lo tanto, su oposición a llegar a ningún tipo de acuerdo con Mariano Rajoy. Ayer mismo Puig aseguraba que «quien tiene ahora el balón es el PP y ha de jugarlo» y volvió a pedirle a Rajoy «que se levante del sofá y busque soluciones para la gobernabilidad». Incluso hizo referencia a políticas de Estado que abandonen «el tacticismo».

Ximo Puig no quiere llevar el protagonismo de la delegación valenciana en Madrid. Por ello la responsabilidad se la ha pasado a Alfredo Boix, el secretario de Organización, quien mantiene la misma postura que el líder, supeditada totalmente a los acuerdos de gobierno suscritos con Compromís y Podemos que, en ningún caso, facilitarían gobernar a los populares, pero que tampoco mostraron su apoyo a Sánchez tras el pacto con Ciudadanos a pesar, según señaló el candidato socialista, en el documento se recogían «el 80 por ciento de las propuestas del Botànic».

Entre las filas socialistas algunos líderes hablan ya de la necesidad de poner en marcha un plan B para justificar el posibilitar un Gobierno encabezado por el partido más votado, pero que no ocasione un grave enfrentamiento con los otros dos que conforman el tripartito.

En lo que todos coinciden es la necesidad de evitar unas terceras elecciones.