Política
LA OBSESIÓN DE GREZZI
Grezzi no tiene desperdicio ni en su política ni en la forma de llevarla a cabo
Grezzi no tiene desperdicio ni en su política ni en la forma de llevarla a cabo
Lo dijo desde que tomó posesión y lo ha reiterado en cuanto ha podido. El concejal de Tráfico del Ayuntamiento de Valencia, Giussepe Grezzi, nunca se escondió para expresar su guerra al conductor privado y su compromiso por hacernos la vida cuanto más imposible pueda.
Así lo está demostrando desde que accedió al cargo. Comenzó con las obras del carril bici, la eliminación de aparcamientos para vehículos en el centro de la capital, la supresión del estacionamiento por las noches en el carril bus y lo va a seguir practicando en el futuro con la peatonalización de la Plaza del Ayuntamiento y demás.
Todas las trabas a los conductores de coches se tornan bondades para el ciclista, especialmente si de él se trata. Nada importa si lleva por delante a una persona cuando transita a dos ruedas, o filme su recorrido vulnerando la ley o saltándose el semáforo en rojo. Ahí va tan a gusto comportándose como no permite hacerlo al ciudadano normal.
Grezzi no tiene desperdicio ni en su política ni en la forma de llevarla cabo. Si hay que hacer un escrache a Rita en la campaña electoral, se hace. Si hay que adoptar medidas que afectan a los comercios, los ignora. Si hay que perjudicar a los vecinos, se les da la espalda. Y si es preciso desconocer la opinión de sus socios de gobierno municipal, se les oculta las decisiones para evitar discrepancias. Imagino que se dirá «si haciendo lo que quiero, no corro riesgos, ¿por qué cambiar?».
Me gustaría comprobar lo que duraba con estos modos en su ciudad natal, la italiana Nápoles. Así es la vida.
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