Infraestructuras

La oportunidad perdida para los trenes de Cercanías

La ejecución del túnel pasante de Valencia preveía dos nuevas estaciones en Aragón y la avenida dels Tarongers

Imagen de un tren de Cercanías en la estación del Norte de Valencia
Imagen de un tren de Cercanías en la estación del Norte de Valencialarazon

El túnel pasante de Valencia, obra que forma parte del proyecto del Parque Central, contemplaba la construcción de dos nuevas estaciones. Una situada en la avenida de Aragón, donde se encuentra ahora la de metro, y otra en la avenida dels Tarongers. La ubicación elegida respondía a un objetivo claro. Mejorar el servicio de los trenes de Cercanías en una zona de amplia demanda de estudiantes.

Por poner un ejemplo, un universitario de Gandía podría llegar hasta la Universidad Politécnica directamente. En la actualidad todos ellos, excepto los que vienen de la línea de Castellón que pueden utilizar la estación del Cabanyal, llegan hasta la estación del Norte y desde allí utilizan otro medio de transporte para llegar hasta sus facultades.

Permitía pues, integrar este servicio de ferrocarril en la ciudad. «Será una auténtica revolución», decían políticos y técnicos cuando se presentó el proyecto. «Muchos estudiantes dejarán de tender que alquilar un piso en la ciudad por obligación. Podrán ir y venir todos los días». La opción, lejos de hacer feliz a los universitarios ansiosos de salir de las faldas de mamá, sería ahora un importante ahorro para muchas familias.

Como otras muchas actuaciones, la crisis ha convertido este proyecto de ejecución inminente a un proyecto de hemeroteca, porque a día de hoy solo existe lo mucho que se ha escrito de él.

En julio de 2008 el Ministerio de Fomento aprobó el trazado del «nuevo túnel ferroviario de Valencia». Aquel año la crisis no era más que una amenaza de los más tremendistas y la gran parte de las inversiones en infraestructuras se realizaba a través de los presupuestos de los Gobiernos. Aun así, quedó estancada hasta que la recesión se trasladó a las cuentas públicas.

Fue en 2009 cuando el ministro de Fomento, José Blanco, anunció el listado de obras que se paralizaban en el primer «tijeretazo». El túnel pasante, una obra valorada en más de 700 millones de euros, quedó a expensas de que la iniciativa privada quisiese financiarla. Y en esas sigue.

El sector de la construcción ya lo advirtió. También el entonces conseller de Infraestructura, Mario Flores. Se trata de una obra demasiado arriesgada. Un túnel de 5,6 kilómetros que debe atravesar una ciudad pegada al mar. «Nunca sabes lo que te puedes encontrar». Demasiados riesgos para obtener una concesión que ni siquiera se llegó a concretar.

La situación que atraviesa esta infraestructura en la actualidad no es mucho mejor. El Ministerio de Fomento ha anunciado que todas las «soluciones subterráneas» están paralizadas. El túnel pasante no ha sido una excepción. El Ayuntamiento negocia que, al menos, se inicie el soterramiento de las vías en la entrada de Valencia y las que cortan la avenida de Francia.

Al margen del perjuicio que supondrán para los trenes de Cercanías, desde Ferrmed, el «lobby» creado por y para defender el Corredor Mediterráneo, advierte de que sin esta infraestructura se hace muy dificil la explotación de una red de mercancías. La Estación del Norte seguirá siendo un «fondo de saco» y AVE, Cercanías y mercancías saldrán hacia Castellón por el mismo túnel, el de Serrería.

Ferrmed solicita la construcción de una circunvalación ferroviaria para las mercancías. El Ministerio de Fomento guarda silencia ante estas propuestas.