Cáncer

La sanidad valenciana aún espera los equipos de Amancio Ortega

Los sindicatos lamentan el retraso, que niega la Conselleria y la Fundación del empresario, y exigen más plantilla para el manejo del aparataje oncológico

El hospital Clínico de Valencia
El hospital Clínico de Valencialarazon

Los sindicatos lamentan el retraso, que niega la Conselleria y la Fundación del empresario, y exigen más plantilla para el manejo del aparataje oncológico

Con listas de espera quirúrgica que superan los cien días, centros que necesitan, como poco, un lavado de cara, y un déficit de 5.000 profesionales de la sanidad para la próxima década, anuncios como el del dueño del imperio Inditex supusieron para el sistema público un balón de oxígeno (más allá de las críticas sobre la ética de aceptar donaciones tan cuantiosas). No obstante, la alegría inicial se iba desinflando a medida que pasaban los meses, y aquellos centros en los que se esperaban las máquinas de última generación para los tratamientos oncológicos siguen con las manos vacías.

Uno de los que espera el regalo de Amancio Ortega es el hospital Clínico de Valencia. Desde el sindicato CSIF en la Comunitat Valenciana recuerdan que los dos equipos prometidos en 2018 aún no han llegado. A ello se une la «falta de previsión» de plantilla por parte de la Conselleria de Sanidad.

En este sentido, explican que «el problema es que si no hay personal para atender el trabajo actual, menos para el que comportarán las nuevas máquinas». A su juicio, serían necesarias al menos 22 personas para el manejo de estas máquinas, cuando en la actualidad son apenas siete. Además, los técnicos necesitan seis meses de formación para poder utilizarlas. «Es un tema que afecta a pacientes muy sensibles y a la propia plantilla por la elevada carga de trabajo», lamentan desde el CSIF.

Al respecto, recuerdan que el Departamento de Protección Radiológica del Hospital Clínico de Valencia lleva desde 2008 reivindicando con insistencia («prácticamente cada año») más personal. El Servicio de Prevención, en sus informes, ya advierte de una carga de trabajo «muy elevada». El jefe del departamento ha venido solicitando cuatro radiofísicos y cinco técnicos de refuerzo y solo ha conseguido uno y uno. Ahora son únicamente cuatro y tres. «La actividad ha aumentado progresivamente en los últimos cinco años sin que se produjera el necesario aumento de plantilla. Hay cuatro turnos, con más pacientes y más complejidad de la maquinaria».

Por todo ello, el sindicato médico pide a Sanidad que, con la máxima urgencia, destine el personal necesario a este servicio.

No obstante, desde el centro hospitalario desmienten los hechos y aseguran que «no existe ninguna paralización» ni retraso en cuanto a los dos aceleradores lineales. De hecho, las obras del búnker que albergará el primero ya han comenzado y estarán acabadas en seis meses. La incorporación del otro acelerador no necesitará obra porque sustituye a uno de los que actuales. La previsión, aseguran, es que la sustitución se lleve a cabo durante el último trimestre de 2019. En cuanto a la actualización de uno de los mamógrafos que incluía la donación del empresario gallego se ejecutó el año pasado y ya está funcionando.

Desde la Fundación Amancio Ortega se afirma también que la donación sigue el curso previsto y que los plazos son los propios de una operación de este calibre, ya que, recordaron, la ley obliga a sacar a concurso público la compra de las máquinas («que se tienen que fabricar a medida) y que se trata de un procedimiento complejo.

30 millones de euros para la Comunitat Valenciana

La Fundación Amancio Ortega donó a la Comunitat 30 millones para la compra de equipos oncológicos de última generación. La donación serviría para la compra de 15 mamógrafos digitales, siete equipos de resonancia magnética, ocho TAC y un PET-TAC y ocho aceleradores lineales.