Salud

La terapia con delfines consigue avances también en niños autistas

Un equipo multidisciplinar analiza los resultados de la experiencia piloto del Oceanogràfic

Se ha demostrado que la terapia con delfines es beneficiosa para personas con discapacidad
Se ha demostrado que la terapia con delfines es beneficiosa para personas con discapacidadlarazon

Las conclusiones del programa piloto que se está desarrollando en el Oceanogràfic de Valencia para estudiar el impacto que puede tener la delfinoterapia en niños autistas son uno de los secretos mejor guardados.

Las conclusiones del programa piloto que se está desarrollando en el Oceanogràfic de Valencia para estudiar el impacto que puede tener la delfinoterapia en niños autistas son uno de los secretos mejor guardados. Las entidades que participan en la experiencia se muestran prudentes a la hora de hacer sus valoraciones. Pero, según ha podido saber LA RAZÓN, los niños que han participado en el tratamiento «han respondido bien». En esta línea, estas fuentes aseguraron que estos menores, que en sus hogares no son capaces de vestirse sin ayuda de sus progenitores, se enfundaban solos el traje de neopreno necesario para nadar junto a estos mamíferos, avance que provocó lágrimas en las madres de los menores.

Hay lugar para la esperanza, aunque son conclusiones todavía embrionarias, ya que la Comisión de expertos de las organizaciones participantes, entre las que destacan la propia Ciudad de las Artes y las Ciencias, la Conselleria de Bienestar Social, la Universidad Católica, el Instituto Valenciano de Neurología Pediátrica (Invanep) y Psicotrade, entre otras, está aún analizando los resultados.

De constatarse estos primeros avances, se demostraría que este tipo de terapias son positivas también para los niños con autismo. Se ha evidenciado ya que son muy beneficiosas para personas con algún tipo de discapacidad mental o física. Las hipótesis de todas las investigaciones apuntan, tal y como explicó durante la presentación del proyecto el entonces director general de Personas con Discapidad y Dependencia, Pedro Hidalgo, a que «los niños aprenden a concentrarse, a moverse, a manifestar su alegría y, además, gracias a la terapia, aumenta la capacidad de evaluación de sí mismos».

En la experiencia piloto, que se anunció en octubre de 2010, han participado dos niños autistas de cinco y siete años, que probablemente vuelvan a sumergirse en el delfinario esta primavera, cuando aumenten las temperaturas.

En fase inicial, cada uno de los niños trabajó, acompañado por un entrenador, un terapeuta ocupacional, un fisioterapeuta y dos observadores externos (un neuropsicólogo y un logopeda), la interacción con el delfín. Se realizaron cinco sesiones individualizadas durante tres semanas.

Una vez finalizadas, se hicieron las evaluaciones neurofisiológicas y neuropsicológicas para determinar los efectos preliminares. Además, según fuentes cercanas a la investigación, se prevé aumentar el programa a otros cuarenta pacientes. Trabajarán con dos grupos que recibirán la misma terapia en el agua, aunque uno no interactuará con estos animales. Lo que se pretende es ver las diferencias entre ambos.

Esta iniciativa es un primer paso para poner en marcha un tratamiento alternativo para personas que sufren trastornos de neurodesarrollo.