Alimentación

La tiza es un riesgo para los niños alérgicos a la leche de vaca

La Razón
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La inhalación del polvo de tiza utilizada para escribir en las pizarras de los colegios, que contiene caseína, puede provocar en niños alérgicos a la proteína de la leche de vaca síntomas como asma o rinoconjuntivitis durante su estancia en el centro escolar.

Así lo pone de manifiesto un estudio dirigido por la sección de Alergología del departamento de Salud de la Marina Baixa sobre la relevancia de la caseína, una proteína de la leche y presente en algunas tizas utilizadas en los colegios, para los niños alérgicos a los lácteos.

Según la Asociación Española de Alérgicos a Alimentos (AEPNAA), en España el porcentaje de alérgicos a leche de vaca en el primer año de vida se sitúa entre el 0,36 y el 1,95 por ciento, y ocupa el tercer lugar en las patologías alérgicas detrás de la alergia al huevo y al pescado.

Aunque en la mayoría de los casos esta alergia desaparece durante los primeros años de vida del niño, antes incluso de que vayan al colegio, en algunos menores se mantiene, según fuentes sanitarias.

Según el jefe de la sección de Alergología del departamento de Salud de la Marina Baixa, Carlos Hernando de Larramendi, las proteínas de la leche no solo están presentes en alimentos, sino que pueden encontrarse en productos no alimentarios.

Algunos medicamentos, el papel, la tinta o la cola, entre otros, pueden contener estas proteínas (caseínas o seroproteínas) y causar reacciones alérgicas en algunos pacientes sensibles a ellas.

Como cualquier otro alérgeno contenido en alimentos, la forma natural de exposición a la leche es la ingesta, pero las proteínas de la leche (tanto la caseína como las proteínas de suero) pueden dar lugar a síntomas respiratorios debido a su inhalación, especialmente en personas expuestas en el trabajo a proteínas de leche en polvo.

El estudio se inició a raíz de un niño de seis años alérgico a la proteína de la leche que dos años antes había desarrollado una reacción alérgica tras la primera dosis de un compuesto de hierro que contenía caseína.

Según Carlos Hernando de Larramendi, «al inicio de su tercer año escolar, el paciente comenzó a experimentar episodios de rinoconjuntivitis y asma mientras permanecía en el aula, unos síntomas que desaparecían en casa y durante el fin de semana».