Literatura
«Las novelas están para leerlas no para hablar de ellas»
El escritor presenta su libro «a ti no te quiere»
Licenciado en Ciencias Políticas y Economía y concejal de profesión. No obstante, Ángel Medina siempre tuvo clara cuál debía ser su dedicación; la escritura.
Desde bien joven siempre sintió una acusada inclinación por el periodismo y la literatura. Con todo, la vida le llevó a posponer sus aspiraciones y anhelos para dedicarse a la política.
Con la cabeza bien alta y armándose de valor, hoy retoma su sueño de escritor y plasma en su libro «A ti no te quiere» toda la corrupción que presenció durante 16 años ejerciendo en el Ayuntamiento de Mojácar.
Para entonces, la localidad almeriense se trataba de un pueblo, actualmente cuenta con diez mil camas hoteleras y cinco campos de golf. «Esta transformación se ha llevado a cabo mediante mucho pelotazo urbanístico y corrupción». Así lo relata Medina en su obra. Un trabajo resultado de dos años de dedicación. 735 días durante los cuales, en su cabeza, ya engendraba la segunda parte de la historia.
Hoy nos desvela parte ella.
-¿Qué encontrará el lector en su novela «A ti no te quiere»?
-En la obra he querido plasmar cómo era el poder omnímodo que tenían los gobernadores civiles de la provincia y cómo los alcaldes de los pueblos se rendían ante estos, que eran quienes manejaban todo.
-¿Por qué decidió alterar hechos reales?
-Es un juego que me ha costado mucho esfuerzo. Es difícil pero a la vez es muy bonito compatibilizar a los personajes reales con los ficticios. En mi libro coincide, por ejemplo, Manuel Fraga Iribarne que es quien transformó Mojácar. Le haré aparecer en la segunda novela porque uno de los temas que tocaré es la caída de la bomba atómica en Palomares en el 66. Tras el accidente, Fraga fue a bañarse para demostrar que no había ningún peligro de irradiación, cuando, en realidad, fue en Murcia.
-Es decir, ¿ya tiene en mente cómo será la segunda novela?
-«A ti no te quiere» está orientada para que en la segunda parte entre en el tema de la corrupción y de la especulación inmobiliaria que ha habido en todas las zonas costeras, incluida Almería. Va a ser complicado escribirlo, pero voy a intentar que en la segunda incluya historias importantes. No voy a decir asesinatos pero crímenes sí he presenciado.
-¿Qué casos destacaría?
-Como concejal de Hacienda, Turismo y también de Cultura he visto cómo gente se quedaba millones de la Junta de Andalucía. Yo tengo la tranquilidad y la absoluta conciencia de que no he cobrado jamás una comisión, por ello voy con la cabeza bien alta. Pero sé de gente que me ha ofrecido dinero.
-Por lo que revela, la obra estará dando que hablar. ¿Cómo la definiría usted?
-Un escritor decía que «las novelas están para leerlas no para hablar de ellas». Y es verdad. Yo no sé si mi libro es una novela negra porque hay cinco muertes. No sabría si decir que es una novela romántica porque hay dos historias de amor. Quizá sociológica porque habla de un pueblo que está empezando a despertar o costumbrista. Yo creo que es una trama que muestra muy bien aquella época.
-Aparte de todo el bagaje político y económico que posee, ¿cómo de árdua fue la fase de documentación?
-He leído lo que no está escrito. De la Guerra Civil, y específicamente sobre la batalle del Ebro, -que sale en cuatro líneas- me leí tres libros. Así con todo.
-Por todo el trabajo que le ha supuesto entiendo que estará satisfecho con el resultado final. Pero, por parte del público, ¿cuáles fueron las críticas?
-Muy satisfecho. Las críticas son muy buenas . La gente está encantada con el libro y ya están pidiendo la siguiente parte. Además de la primera, voy a hacer una segunda edición porque lo cierto es que esta ya está agotada.
-En particular en Almería, ¿qué tal está siendo la acogida?
-Es un poco contradictorio porque en Almería se está vendiendo bien pero en Madrid todavía mejor. Resulta que al principio la editorial tenía un poco de miedo porque consideraban que estaba demasiado localizada la novela. Pero realmente no importa dónde se localice la historia sino la historia en sí.
-Hablando de localización, como valenciano que es usted, ¿por qué no escribir sobre nuestra ciudad, teniendo en cuenta toda la transformación que ha experimentado en las tres últimas décadas?
-Soy valenciano, he estudiado en Valencia y aquí guardo momentos muy importantes de mi vida como la época de la facultad. Creo que en todos los años de carrera no tuve ni 100 días de clase porque estábamos siempre de huelga. Yo me licencié del 67 hasta el 74 pero todos los días había manifestaciones estudiantiles. Yo realmente todo lo que aprendí fue leyendo en casa.
-Tras licenciarse en economía, y ejercer como concejal, ¿qué es lo que le llevó al periodismo?
-Yo siempre he querido ser periodista, pero en Valencia no había facultad de periodismo. Entonces hice económicas aunque el hilo conductor de mi vida ha sido siempre la escritura. Cuando tenía 17 años ya era director de una revista que se llamaba Raons. Se publicaba en valenciano y la hacíamos con unas máquinas que llamábamos las «vietnamitas», que utilizábamos también para hacer publicidad y propaganda clandestina. Luego colaboré en varios periódicos y, una vez en Mojácar, fui director de Cope.
-¿Y respecto a su trayectoria literaria? Porque tengo entendido que no es su primer libro.
-He escrito cuatro libros antes. Un libro de humor que se llama «Manual de economía para los años 2000», una novela corta que se llama «Bragas al horno», y hasta una «Guía gastronómica». Aunque me haya dedicado a la política, la escritura siempre ha estado presente en mi vida. Esta novela llevaba tiempo queriendo escribirla, pero hasta la fecha, por escasez de tiempo, no había podido. Ahora era el momento de hacer y disfrutar de lo que verdaderamente me gusta, que es escribir.
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