Agricultura
Les Corts estudia marcar la trazabilidad de los cítricos
El «carnet de identidad» de la naranja dificultaría su robo
El alcalde de Vilamarxant y secretario general del PP en la provincia de Valencia, Vicente Betoret, va a poner en práctica en su municipio un sistema innovador para el control de las naranjas y para impedir que las frutas robadas puedan entrar en el mercado.
El alcalde de Vilamarxant y secretario general del PP en la provincia de Valencia, Vicente Betoret, va a poner en práctica en su municipio un sistema innovador para el control de las naranjas y para impedir que las frutas robadas puedan entrar en el mercado.
Vilamarxant está sufriendo el azote de los robos en los campos, en los que ningún agricultor está libre de esta lacra. Ante tal circunstancia, el alcalde va a ordenar que toda la producción naranjera de su término lleve un carnet de identidad, lo que en ganadería se conoce como «la trazabilidad». Consiste en indicar quién ha producido las naranjas, en qué campo, cuándo y quién las ha recogido y comercializado.
De esta forma, la masiva «producción citrícola» que proviene de los robos y que no tiene «partida de nacimiento», no podrá ser comercializada, o podrá serlo en la clandestinidad, con el riesgo de que las fuerzas de seguridad caigan sobre el infractor.
En cualquier caso, la medida, bien enfocada, pierde mucha efectividad al practicarse solo en su pueblo, si bien las sinergias harán que los agricultores de los términos cercanos, les doten de la trazabilidad si quieren almacenarlas, comercializarlas o transformarlas en Vilamarxant. La medida tiene menos efectividad cuanto más local se convierte.
Por ello, Vicente Betoret aprovechó ayer el pleno de Les Corts para comentarlo con el portavoz del PP, Jorge Bellver, quien aprobó la idea y dio alas a Betoret para convertirla en proposición de ley, para que la producción citrícola valenciana tenga una trazabilidad, algo que hasta la fecha solo tenían los productos ganaderos para extremar los controles sanitarios.
Con la naranja pasará algo similar, si bien su control será más en pro de la seguridad, que no en virtud del control sanitario. De hecho el carnet sanitario de los cítricos ya existe en las explotaciones y concreta los tratamientos a los que ha sido tratada la fruta y cualquier incidencia.
Con su «carnet de identidad», será bastante más difícil que las bandas organizadas puedan robar y comercializar las naranjas.
El siguiente paso será el exhaustivo control de los puntos de venta, ya que han proliferado los establecimientos donde la fruta se vende sin ningún control sobre su procedencia.
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