Los empresarios valencianos, de los más optimistas y con buenos resultados

La situación de Chipre, la subida de la prima de riesgo y las continuas voces de alarma desde diferentes sectores, no pueden con los empresarios. A pesar de las malas noticias, este colectivo valenciano es más optimista de cara al segundo trimestre del año que hace unos meses.

Así se desprende de la Encuesta de Indicadores de Confianza Empresarial (ICE), publicada ayer por el Instituto Nacional de Estadística. La diferencia entre el porcentaje de respuestas favorables y desfavorables -Balance de Expectativas- se sitúa en el caso de la Comunitat Valenciana en -35,1, lo cual no es un mal resultado, teniendo en cuenta que en otras autonomías como Castilla y León y Cantabria se alcanzan cifras del -46,2 y el -49,3 respectivamente.

En todo caso, el ICE ha mejorado respecto al primer trimestre en quince comunidades autónomas. Illes Balears (11,8 por ciento), Cantabria (6,7 por ciento) y Castilla-La Mancha (6,5 por ciento) presentan el mayor crecimiento. Por su parte, Extremadura (-3,8 por ciento) y Galicia (-1,1 por ciento) son las únicas comunidades en las que desciende la confianza empresarial.

Los empresarios valencianos son de los más optimistas de España por detrás de Baleares, Cataluña, Madrid y Murcia. Pero echando un vistazo a lo más importante, que son los resultados reales, la Comunitat ocupa, junto con Canarias, una posición todavía mejor.

Según la encuesta, su balance de situación durante el primer trimestre de este año es el menos negativo, con -38,9 puntos.

Por su parte, los gestores de establecimientos empresariales de Extremadura, Cantabria y Castilla-La Mancha son los que menos confían en el futuro de sus negocios, al registrar un balance de expectativas del -52,9, del 49,3 y del 47,3 por ciento.

También es cierto que la situación de los negocios de estas Comunidades autónomas es un tanto peor que la de los valencianos. Los empresarios extremeños califican la situación de sus compañías con un bajísimo -61,5, los manchegos con un -57,2 y los cántabros con un -50,7, notas muy bajas que no les hacen ser optimistas.