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Los niños se reúnen con ancianos para fomentar el cariño hacia los mayores

Los jubilados que viven en una residencia contigua a un colegio de Alberic están encantados con los escolares

Los niños se reúnen con ancianos para fomentar el cariño hacia los mayores
Los niños se reúnen con ancianos para fomentar el cariño hacia los mayoreslarazon

Los jubilados que viven en una residencia contigua a un colegio de Alberic están encantados con los escolares

Un colegio religioso de Alberic desarrolla desde hace cuatro años una experiencia educativa con el nombre de «Creciendo juntos», en la que reúne a sus escolares con ancianos de una residencia contigua al centro docente en clases de gimnasia, y otras actividades para fomentar en los pequeños el cariño y el respeto a los mayores.

La iniciativa pedagógica se desarrolla en los dos centros, ambos llamados «La Milagrosa» y asistidos por las Hijas de la Caridad bajo la titularidad de la fundación Santo Hospital y Casa de Enseñanza.

Así, en el colegio participan todos los escolares, desde los niños de tres años en Infantil, que reciben la visita de los mayores de la residencia para que les cuenten cuentos, a los alumnos de Primaria, que se desplazan a la residencia para compartir clases de gimnasia con los jubilados o mostrarles en un taller nuevas tecnologías y actividades de estimulación cognitiva.

Tanto los mayores como los escolares «se han implicado mucho en el proyecto porque les entusiasma y apasiona», según coinciden en destacar el director pedagógico del centro, Juan Gutiérrez, y la directora de la residencia, Paloma Jorques.

Los escolares van por grupos a la residencia y con el apoyo de trabajadoras y psicóloga, realizan actividades para los mayores. Cuando los jubilados ven a los alumnos «les cambia la cara, sonríen, no pueden disimular la alegría, son encuentros mágicos y al ver las miradas ilusionadas de los abuelos y los críos, te das cuenta que lo único que les diferencia son las arrugas».

En cada visita, que dura una hora, unos y otros comparten historias y anécdotas. Cuando termina cada encuentro «todos se despiden con ternura, y vivimos momentos preciosos como una vez que los ancianos cantaron a coro la famosa canción que dice «algo se muere en el alma cuando un amigo se va».

Esta experiencia pedagógica del colegio y la residencia comenzó hace cuatro años, con actividades puntuales para que los estudiantes conocieran la realidad de los ancianos. El programa crea un vínculo que muchas veces va más allá del colegio, ya que muchos alumnos, cuando se van del colegio siguen vinculados a la residencia.