Energía
Los restos de poda convertidos en biomasa valdrían 20 millones
En la actualidad, se destruyen anualmente toneladas de desechos arbóreos producidos tras las podas, unos productos que simplemente se queman o se utilizan para el consumo doméstico tradicional en estufas y chimeneas, sin que se les extraiga ningún otro beneficio. Por ello, la Conselleria de Presidencia y Agricultura estudia crear un sistema mediante el cual estos residuos de biomasa se puedan destinar a la producción de energía eléctrica.
El precio de mercado de la biomasa, en el que las astillas de residuos agrícolas alcanzan una cotización de entre 40 y 50 euros por tonelada, según un estudio de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), permitiría la generación de un volumen económico de entre 20 y 30 millones de euros, lo que incidiría también, claro está, en la creación de puestos de trabajo, especialmente en el entorno rural.
El empleo de la biomasa agrícola como energía renovable va en la línea de la lucha contra el cambio climático, puesto que se disminuye la emisión de gases de efecto invernadero y representa una alternativa a los combustibles fósiles por presentar un precio competitivo y una mayor sostenibilidad.
En la Comunitat Valenciana existen un total de 450.000 hectáreas de cítricos, frutales, olivar y viñedo que generan entre 600.000 y 900.000 toneladas de residuos de poda al año, que son considerados de excelente rendimiento en leña.
En la actualidad, solo unos pocos titulares de explotaciones de algarrobo y almendro o de las inmediaciones de parques naturales vienen obteniendo ingresos por la venta para aprovechamiento energético de los restos de poda, para lo que cuentan con unas ayudas específicas que gestiona la Conselleria.
La leña puede tener otros usos como el de combustión directa en calderas para calefacción de viviendas, para climatización de piscinas e invernaderos; la producción de pelets (serrín prensado) que también se emplea como combustible para la generación de calor, y centrales de gasificación que también puede ser utilizado en calderas, turbinas o motores para la producción de energía eléctrica.
Por esta nueva vía, además del beneficio propio de la comercialización de la cosecha, el agricultor puede obtener un ingreso adicional con la venta de los restos de poda de sus explotaciones. En la investigación, participan junto a la Conselleria, la UPV y el IVIA, entre otros organismos.
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