Comunitat Valenciana

Los riesgos de alimentar con biberón

El bebé está preparado para mamar, por eso este proceso beneficia a su desarrollo e incluso a reducir infecciones

LA RAZÓN. El empleo del biberón requiere una serie de movimientos artificiales nada complicados. Basta con que el recién nacido abra su boca, muerda fuerte la tetina del biberón para mantenerla dentro de la cavidad y absorber obteniendo la leche sin demasiado esfuerzo
LA RAZÓN. El empleo del biberón requiere una serie de movimientos artificiales nada complicados. Basta con que el recién nacido abra su boca, muerda fuerte la tetina del biberón para mantenerla dentro de la cavidad y absorber obteniendo la leche sin demasiado esfuerzolarazon

El bebé está preparado para mamar, por eso este proceso beneficia a su desarrollo e incluso a reducir infecciones

El uso del biberón añade una serie de riesgos. Más allá de los producidos por el uso de las leches de fórmula, el bebé está programado para succionar. Su anatomía oral y los músculos de su boca, de su lengua, así como los nervios que los controlan están diseñados para mamar del pecho de su madre. Cada parte de la cavidad oral del bebé está esbozada para succionar y obtener el alimento del pecho.

De hecho, los labios que a modo de ventosa mantienen el pecho dentro de la boca, junto con las mejillas que facilitan su estabilización dentro de esta y la mandíbula que debe de moverse de forma rítmica y coordinada, crean una presión negativa que mantiene el pezón dentro de la boca del lactante, elevándolo ligeramente, a la vez que la lengua realiza una coreografía perfecta, extendiéndose y elevándose hacia el paladar.

De este modo, forma un canal debajo del pecho, que facilita que el pezón llegue a la zona del paladar duro. Allí, a través de una serie de movimientos ondulantes conseguirán que la leche fluya del pecho y mediante una presión positiva de la mandíbula del lactante la llevará a la faringe y de esta al esófago del bebé.

Pero además toda esta estructura anatomo-funcional adaptada para el amamantamiento, también contribuye a que todas las estructuras óseas, musculares y articulares se desarrollen de forma óptima.

El amamantamiento contribuye a reducir infecciones respiratorias y de oído, ya que ayuda a abrir y a drenar la faringe y las trompas de Eustaquio. Del equilibro entre la respiración, succión y deglución, depende en gran medida el buen desarrollo dento-máxilo-facial disminuyendo así la frecuencia de respiraciones bucales en el lactante. Cuando mama el lactante respira por la nariz, cuestión importante para un correcto desarrollo craneofacial, ya que el paso del aire por las fosas nasales es un estímulo para el desarrollo de estas. Por lo tanto, tiene menor riesgo de obstrucción de las fosas nasales por mucosidad un beneficio más añadido a las defensas que contiene la leche materna que protege al bebé contra resfriados y otras enfermedades.

Todo está biomecánica de succión la realiza el recién nacido de forma natural e innata para obtener la leche del pecho de su madre. En cambio es diferente cuando se emplea un biberón, el cual va a involucrar una serie de movimientos artificiales nada complicados, ya que bastará con que el recién nacido abra su boca, muerda fuerte la tetina del biberón para mantenerla dentro de la cavidad y absorber, obteniendo de este modo la leche sin demasiado esfuerzo.

Sin embargo, un menor esfuerzo no es sinónimo de beneficioso, porque el uso del biberón tiene sus consecuencias. El bebé alimentado con biberón tiene que controlar el flujo de leche, evitar ahogos y poder tragar, lo que produce una desorganización neuromuscular que aumenta el riesgo de regurgitaciones y atragantamientos. Además, la privación de los movimientos musculares que el bebé amamantado realiza pueden provocar una serie de alteraciones dentomaxilofaciales en los bebés alimentados con biberón.

En definitiva, resulta que los efectos beneficiosos de la lactancia no están sólo relacionados con la composición de la leche, sino también con los movimientos que el bebé debe realizar al mamar. Otro beneficio más adicional a añadir a los que nos aporta la lactancia materna. Ningún biberón se puede equiparar al pecho materno en forma, consistencia, textura, temperatura y funcionalidad.

Pueden enviar sus preguntas a consultalactancia@larazon.es