No valen excusas

La tropa alicantina del PSPV debe andar muy desmejorada tras la pérdida de la Alcaldía cuando su secretario general y presidente de la Generalitat, Ximo Puig, nada más bajar del avión tras su periplo por China y Japón, se largó allí a arengar y dar moral a sus huestes. Con los tópicos de rigor marcados en la pizarra política, no se anduvo por las ramas y traspasó todos los límites. Lejos de amilanarse y de enjaularse en la prudencia, tiró del entusiasmo. «Hoy estamos más cerca de tener el Gobierno de Alicante en 2019 que hace una semana».

Lo cierto es que el líder de los socialistas valencianos debió percatarse del desánimo de los suyos tras el duro varapalo de traspasar el poder municipal a PP-Ciudadanos, quizá por inesperado ya que, al parecer, pocos contaban con la abstención de Nerea Belmonte, que hace tiempo había abandonado el grupo en el que estaba encuadrado su formación, Podemos, en beneficio del popular Luis Barcala y en perjuicio de la aspirante socialista Eva Montesinos.

El argumento de condenar al PP no pasa de ser una excusa, ya que todos los partidos se comportan igual en cuanto se les presenta la menor oportunidad eludiendo el Pacto contra el transfuguismo. No, la responsabilidad de esta situación es del ya exalcalde, Gabriel Echávarri, por su actuación que le llevó a estar procesado acusado de delinquir.

Barcala, junto al PP y Cs, tiene la oportunidad de mejorar la gestión de su predecesor Echávarri que, a juzgar por las crónicas más variadas, dejó mucho que desear. Así es la vida.