Puig irá a hablar de financiación al Senado y «si no sirve para nada que lo cierren»

La sesión de control al presidente se convirtió en un «todos contra todo» con escaso nivel parlamentario

Tantas ganas tenía el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, de que acabase la sesión de control de ayer que prácticamente saltó de su escaño para abandonar el hemiciclo. Sin embargo, tuvo que volver sobre sus pasos porque se iba a aprobar una declaración institucional sobre los refugiados que llegarán a Valencia.

No era para menos. Hubo de todo menos un debate parlamentario interesante. Gritos, amenazas- que luego fueron retiradas- y muchas, muchas peticiones de palabra por alusiones que el presidente de Les Corts, Enric Morera, trató de gestionar como pudo.

Sobre todos los asuntos que se abordaron hubo uno que despertó el interés de PP, Podem y Compromís. ¿Qué va a hacer el presidente ahora que el PSOE le ha retirado la petición de comparecencia sobre financiación sobre el Senado?

Puig lo dejó bien claro. Mantendrá su intervención. «Es mi derecho ni el PP y ni el PSOE ni nadie pueden cercenarlo» y concluyó: «Si no sirve para nada que lo cierren» y cargó sobre , instó a los populares a permitir con la mayoría que ostentan en la Cámara Alta a aprobar su comparecencia.

Fue la síndica del PP, Isabel Bonig, la que preguntó por el cambio de actitud sobre la defensa de la financiación desde que Pedro Sánchez ha llegado al Gobierno. Le recordó que los populares tuvieron «valor y coraje» para firmar una declaración exigiendo mejor financiación cuando Mariano Rajoy estaba al frente del Ejecutivo central.

«¡Qué poca vergüenza!», clamó el conseller de Hacienda, Vicent Soler. El PP, entusiasmado con la situación aplaudió: «¡Torero, torero!» y Soler continuó: «No somos como ustedes» y remarcó que no bajarán el tono de su reivindicación.

El momento más tenso de la sesión fue cuando la vicepresidenta Mónica Oltra ordenó a la síndica de Cs, Mari Carmen Sánchez que fuese «la última vez» que decía que había beneficiado a las empresas de Cotino en la adjudicación a residencias. Sánchez se defendió diciendo que había hecho sus afirmaciones basándose en datos objetivos y que su amenaza era una falta de respeto. Oltra dijo que su intención no era amenazarla.