Comunitat Valenciana
Que no digan: haberlo pedido
Imagino que la carta al nuevo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por parte de su homólogo de Conexus (colectivo que nació con aspiración de ejercer como «lobby» en Madrid), Manuel Broseta, se limita a pedir la presencia de un valenciano en el Ejecutivo que aquél está pergeñando y no un autoofrecimiento para ello. Hoy por hoy, es una suposición mía, la política no presenta atractivos para un profesional de éxito como Broseta a pesar del gen heredado de su progenitor.
No es eso de lo que quería opinar, sino de la conveniencia o no de la presencia de una persona de nuestra tierra en el Gobierno central. De entrada parece lo más beneficioso. Sin embargo, la hemeroteca no parece indicar una sintonía con ese principio. Ministros valencianos o por la Comunidad ha habido unos cuantos y a ninguno se le recuerda por haberse distinguido en ejercer una influencia decisiva en nuestro favor.
Desde Fernando Abril quien, junto a Alfonso Guerra, no concedió la condición de histórica a nuestra autonomía, pasando por todos y cada uno que se han sentado en la mesa de Castellana 3, primero, y en la Moncloa, después. Sus nombramientos nunca adelantaron la construcción de la autovía con Madrid, la llegada del AVE a Alicante, Castellón y Valencia, ni la ejecución de los trasvases tan necesarios.
¿Por qué? Ésa es la cuestión. Quizá porque nos tienen tomada la medida individualista (hay anécdotas sobre ello). Quizá porque cada uno que se va a la capital del Reino se convierte en «servidor de los intereses generales» por más que cada fin de semana regrese a disfrutar de la «millor terreta del món”.
Dicho esto, me solidarizo con la aspiración de Broseta, por si acaso. Que nunca pongan la excusa «no están porque no lo habéis pedido». Así es la vida.
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