Comunitat Valenciana

Sánchez echa por tierra la labor de un Consell «pro nacionalista»

La síndica de Cs critica que Puig no tenga un plan «B» mientras no hay financiación y el presidente le pide su complicidad en Madrid

Mari Carmen Sánchez, de Cs
Mari Carmen Sánchez, de Cslarazon

La síndica de Cs critica que Puig no tenga un plan «B» mientras no hay financiación y el presidente le pide su complicidad en Madrid

Ayer quedó claro que entre la nueva síndica de Ciudadanos, Mari Carmen Sánchez, y el presidente Puig no existe la conexión que había con su predecesor, el ahora diputado del grupo mixto, Alexis Marí. La portavoz construyó un discurso con el que desacreditó toda la acción del Gobierno valenciano. Para Sánchez, ni la Educación, ni la Sanidad, ni la economía se le dan bien a este Consell que «se ha dedicado a montar chiringuitos» y «dar alas al nacionalismo».

Centró buena parte de su discurso en el fallido decreto de plurinlingüismo, al que denominó directamente, de «inmersión lingüística» y atacó duramente al conseller de Educación, Vicent Marzà, al que llamó «irresponsable».

Explicó que Cs propone un modelo en el que cada idioma- el inglés, el valenciano y el castellano- suponga un 33 por ciento de las asignaturas.

A Puig, la idea no le pareció mal «porque es lo que propone nuestro decreto, es que no se lo han leído», le reprochó. Pero erró en la réplica de manera estrepitosa cuando le pidió a Sánchez que deje a hablar a los filólogos porque «ni ella ni él lo son».

Ahí pinchó. Sánchez es licenciada en Filología Inglesa y de hecho, en su primera intervención se dirigió a Marzà en un perfecto inglés. A Puig este detalle se le escapó. O quizás fuese el fervor con el que se enfrentó a Sánchez. El presidente le llegó a recriminar haber «plagiado» el discurso del PP e incluso le sugirió que busque su espacio propio y deje de escorarse a la derecha. «No sean más radicales».

La síndica de Ciudadanos lamentó que a Puig le cueste oír las verdades e insistió en que el Consell que dirige no sabe gestionar y debe buscar un plan «B» mientras no llega el «A», que es el de la reforma de la financiación. Le sugirió que cierre todos los «chiringuitos» que ha creado para «enchufar» a sus amigos y le insistió en la necesidad de eliminar aforados.

A Puig esta acusación no le molestó. Dijo que no pueden estar callados ante la injusticia y defendió la utilidad de las agencias de nueva creación. Por último, le pidió que su partido aproveche su condición de socio de Gobierno de Rajoy para reclamar lo que es justo para la Comunitat.