Comunitat Valenciana

Sarampión, la nueva-vieja enfermedad de la que todos hablan

España es un país libre de esta enfermedad vírica, sin embargo un repunte de casos obliga a extremas las precauciones. Sanidad asegura que no existe un riesgo elevado, pero recomienda vacunarse a todos los nacidos a partir de 1970.

La Razón
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) certificó hace apenas unos días que España era un país libre de sarampión. Sin embargo, el incremento de casos en Europa (90.000 casos durante la primera mitad de este año) obligan a tomar precauciones. En España, pese se una de las naciones con menor incidencia, no está libre de riesgos (entre enero y julio de 2019 se han identificado 233 casos, 226 casos más que el año anterior, aunque según datos del Ministerio, todos ellos son importados o secundarios).

Por todo ello, el Gobierno central, con el apoyo de las comunidades autónomas ha hecho un llamamiento a la ciudadanía: no hay que bajar la guardia. Así que recomienda a todos los ciudadanos nacidos a partir de 1970 que se vacunen del sarampión con el objetivo de que no se propague la enfermedad entre la población.

Dicho y hecho, la Conselleria de Sanidad ya ha vacunado a 7.254 ciudadanos de entre 25 y 44 años, pero el objetivo es llegar a todo el colectivo con posibilidades de contraer el virus. Sin embargo, el Departamento que dirige Ana Barceló asegura que actualmente no existe un riesgo elevado de sarampión en la Comunitat Valenciana y la recomendación de vacunarse se enmarca en el plan de erradicación de esta enfermedad y no por un aumento del número de casos.

Aseguran desde la Conselleria que la vigilancia epidemiológica de la enfermedad es muy eficaz en la Comunitat y, si se produce un caso, se toman las medidas oportunas para evitar contagios.

Así, en el momento en que se detecta un caso, desde Salud Pública se procede sistemáticamente a la evaluación de la susceptibilidad de los contactos de contraer la enfermedad, y se procede a la vacunación de aquellas personas que sean susceptibles, evitándose así la propagación de la enfermedad.

En los últimos tres años se han notificado 180 casos confirmados de sarampión (23 casos en 2017, 131 en 2018 y 26 en 2019), todos ellos relacionados con brotes epidémicos de casos importados de personas procedentes de otros países.

La Comunitat Valenciana cuenta con unas coberturas vacunales frente al sarampión que se sitúan por encima de las recomendaciones de la OMS en los planes de erradicación de esta enfermedad, que son de más del 95 por ciento de cobertura para la primera dosis de vacuna y más del 90 por ciento para la segunda dosis.

Durante este año se han vacunado con la triple vírica (incluye las vacunas frente al sarampión, la rubeola y la parotiditis) 63.540 personas, de las cuales 3.284 han sido del grupo de edad entre 15 a 44 años.

También se recomienda que se vacune la población adulta que se encuentra en determinadas situaciones de riesgo, como VIH, asplenia, enfermedades renales, cardiovasculares o hepáticas, siempre que se cumplan con los requisitos que se indican en la vacunación para adultos.

Confundir los síntomas

Pese a todo ello, la alarma ha saltado entre la población, por lo que los expertos insisten en que la situación no revierte peligros. Y es que ya son muchos los pacientes que consultan a su médico pensando que han contraído la enfermedad cuando la realidad es bien distinta.

Los síntomas del sarampión, como la fiebre, tos seca, dolor de garganta o conjuntivitis, pueden confundirse con un resfriado común, según advierten dos especialistas sanitarios, quienes hacen hincapié en el riesgo que conlleva no vacunar a los hijos para evitar este virus.

La corresponsable del servicio de Medicina Interna del Hospital Vithas 9 de Octubre de Valencia, Rosa Benítez, señala que existe la falsa creencia de que la capacidad de contagio de virus como el del sarampión es mayor entre niños que en la población adulta.

Informa, además, de que el sarampión puede confundirse fácilmente con los de un catarro común, y de que el período de transmisión del virus se establece «en cuanto aparecen los síntomas y hasta cuatro días después de la aparición de exantema (las manchas en la piel)».

Según la especialista, «no existe información acreditada de que el virus del sarampión pierda capacidad de contagio entre adultos», y advierte de que este virus puede producir otitis, neumonía, infecciones del sistema nervioso como la panencefalitis esclerosante subaguda, riesgo de mortalidad en embarazadas y complicaciones fetales.

Por su parte, el responsable de pediatría de los Hospitales Vithas de Valencia y Castellón, Javier Miranda, hace además especial hincapié en el riesgo de no vacunar a los hijos.

«Como la vacunación es un mecanismo de prevención, si no las administramos a los niños les privamos de la protección que brindan las vacunas, y por tanto pueden desarrollar enfermedades que pueden producir la muerte, o dejar secuelas permanentes graves», alerta.

Asimismo, señala que se puede contribuir a aumentar el riesgo en otros pacientes que no hayan llegado a la edad de vacunación o que presenten condiciones que les hagan particularmente vulnerables.

¿De qué estamos hablando?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sarampión es una enfermedad vírica muy contagiosa que afecta sobre todo a los niños y se transmite por gotículas procedentes de la nariz, boca y faringe de las personas infectadas.

Los síntomas iniciales, que suelen aparecer entre 8 y 12 días después de la infección, consisten en fiebre alta, rinorrea, inyección conjuntival y pequeñas manchas blancas en la cara interna de la mejilla. Varios días después aparece un exantema que comienza en la cara y cuello, y se va extendiendo gradualmente al resto del cuerpo.

No hay tratamiento específico para el sarampión, y la mayoría de los pacientes se recuperan en dos o tres semanas. Sin embargo, el sarampión puede causar complicaciones graves, tales como ceguera, encefalitis, diarrea intensa, infecciones del oído y neumonía, sobre todo en niños malnutridos y pacientes inmunodeprimidos. El sarampión es una enfermedad prevenible mediante vacunación.