Tamara Gorro: «¿Emocionada? A las firmas de libros entro temblando, es una maravilla»

La abuela de Tamara Gorro (Móstoles, 1987) presume de nieta por el barrio. «Se cree que soy Isabel Preysler», bromea. Lo cierto es que Gorro, que ya lleva una década bajo el foco mediático, no considera que haya sido engullida por la fama. No es ingenua y admite cuánto le ha cambiado la vida, pero no ha dejado nunca de ser ella misma. Parece ser este el motor de su nuevo libro, «Rendirse, nunca», en el que proyecta motivación y ayuda a sus lectores a partir de una historia de éxito, la suya. Nadie le ha regalado nada para llegar hasta aquí, repite constantemente a LA RAZÓN Comunitat Valenciana, a quien atiende antes de la firma de libros en Valencia.

-¿Qué siente cuando entra en una librería y ve su libro entre los más vendidos?

-(Se arremanga y muestra la piel del brazo de gallina) Todavía no me lo creo. Aunque no estuviera entre los más vendidos. Que tu libro, tu escritura, tu sueño, tu esfuerzo esté ahí es maravilloso. Una satisfacción tremenda.

-«Rendirse, nunca», o lo que es lo mismo: luchar, siempre.

-Cuando me encierro a escribir descubro cosas de mí. Con este libro busco sentirme bien conmigo misma, pero también sé que a mucha gente le sirve como bastón. Es un doble bienestar.

-Ya no hay complejos en llevar bajo el brazo un libro de autoayuda. ¿Estamos entre todos mejorando la imagen de este género?

-Me encanta lo que acabas de decir. Con tu permiso, te lo voy a coger. Lo decimos ya sin miedo. Hay quien se apoya en los amigos o en la familia. Yo siempre me he apoyado en la lectura. La autoayuda es necesaria para sobrevivir. Está claro que necesitamos ayuda de los demás, pero tenemos que empezar por ayudarnos a nosotros mismos. Con libros, música o conversaciones. Como sea. No es un tabú, pero es más cómodo decir que lees autoayuda. El miedo paraliza, siempre lo he dicho. Y menos mal que existen los psicólogos. Gracias a ellos he solucionado muchos de mis problemas.

-Libro de autoayuda, pero también de autoafirmación. Casi una biografía.

-Casi, pero aún queda. Hay cosas que no me he atrevido a escribir, y no por el qué dirán. No tengo miedo a mostrarme como soy, y nunca daría un consejo si nunca he pasado por ello. En el libro hay experiencias complicadas, bonitas y absurdas. He buscado ser transparente, dejarme de filtros, de gilipolleces.

-Todos los luchadores tienen debilidades. ¿Cuáles son las suyas?

-Soy muy sensible. Mi debilidad, sonará típico, pero es mi familia. Doy la vida por ellos. Se la debo.

-¿Qué opinan de su libro?

-Mi familia dice que está «ancha». Mi abuela se cree que soy Isabel Preysler. Va por el barrio orgullosísima. Somos gente de Móstoles de toda la vida, de cuarto piso sin ascensor. Y mi familia ha visto como yo solita he conseguido llegar hasta aquí. Nadie me ha ayudado. He luchado por mis sueños, y que tu gente te vea conseguirlos... (Guarda silencio) Espero yo poder verlo dentro de unos años con mis hijos y mis sobrinos. No doy un paso desde hace años sin pensar en mis hijos. No me arrepiento de nada, pero hoy no haría un posado con el pecho al aire. Me siguen llamando para debates, pero no voy.

-Creo que está incluso más emocionada por la firma de libros que sus ya emocionados seguidores.

-¡Totalmente! Entro temblando a la firma. Me chifla, es tremendo. Me pongo histérica. Es una maravilla, un privilegio.

-La hemos conocido en televisión, la vemos en redes sociales, la leemos en libros... ¿Dónde está el límite para Tamara Gorro?

-No hay límite. Mientras la salud lo permita, no lo hay. En la vida me pondré límites.

El libro

Consejo y reafirmación son los dos grandes conceptos que destiñe «Rendirse, nunca». Gorro parece haber encontrado la estructura y el contenido perfecto para conseguir que en su libro, a partir del relato de las experiencias vividas y la cronología que le ha llevado hasta el éxito mediático, proyectar consejos y actitudes a modo de autoayuda