TENSIÓN. Podemos se enfrenta a sus socios del Botànic

Los podemitas declaran la guerra al Consell, mientras que PP y Cs abren un nuevo frente por el decreto de plurinlingüismo que pone en peligro a profesores y la libertad lingüística

El de ayer fue un pleno de alta tensión. A la que se crea habitualmente entre el presidente de Les Corts, Ximo Puig, y la portavoz popular, Isabel Bonig, se sumó el agrio enfrentamiento entre el síndico de Podemos, Antonio Montiel y la vicepresidenta Mónica Oltra. Ya se lo había advertido el líder de la formación morada a cuenta del enredo del Consell Jurídic Consultiu. «Podemos tendrá un comportamiento autónomo en las votaciones y en muchos otros temas».

Con esta frase sobrevolando el hemiciclo comenzaba la sesión de control al presidente. Bonig le pidió a Puig que valorase el decreto de «chantaje lingüístico», en referencia al decreto de plurilingüismo aprobado por la Conselleria de Educación y le preguntó quién asumirá la responsabilidad política si los tribunales tumban el decreto que los populares han recurrido por vulnerar los derechos fundamentales.

Además de no obtener respuesta, Bonig tuvo que escuchar al presidente acusarla de usar la lengua como «objeto de confrontación. Está anclada en la extrema radicalidad, con algunos ataques homófobos».

La popular pidió la palabra al presidente de Les Corts, Enric Morera, para reprobar estos ataques, pero esta vez Morera no lo consideró adecuado. Ya en los pasillos, Bonig dijo sentirse profundamente molesta con «su» presidente al que afeó el comportamiento.

Pero más allá del rifirrafe político, lo que dejó clara la sesión de control es que el decreto de plurilingüismo no solo afectará a los padres, que tendrán que decidir si prefieren que sus hijos estudien menos en castellano para aprender mejor el valenciano y el inglés, sino que los profesores tendrán que formarse en idiomas.

Amenaza a los profesores

Mientras el presidente de la Generalitat presumía de crear un plan de choque de formación en idiomas para el profesorado en el que se ofrecerán 5.260 plazas de inglés, 1.540 de valenciano y 1.500 plazas a la carta en las escuelas oficiales de idiomas para el próximo curso, el conseller de Educación, Vicent Marzà, advertía a los profesores que tendrán un tiempo limitado para ponerse al día en idiomas.

Dejaba así claro un punto más de su estrategia política para responder a Ciudadanos, que le acusó de no garantizar los derechos y libertades de los valencianos.

El síndic de Ciudadanos, Alexis Marí, entró ayer en plena sintonía con el PP y eso, no tampoco ocurre todos los días. «Espabile y gire al centro», con los aplausos de Bonig, y aseguró que ofrecer el nivel B1 de inglés a cambio de que se aprenda más valenciano es «chantajear» , que está permitiendo a los nacionalistas que se salgan con la suya y que además, imponer la lengua en las universidades, en el mundo de la ciencia «cerrará puertas la talento».

Lejos de negarlo Marzà quiso tranquilizar a Ciudadanos diciendo que volverán muchos investigadores valencianos y que además, estas personas, a las que se les presume una gran inteligencia no tendrán problemas en aprender otra lengua, en referencia al valenciano.

A Oltra, donde más le duele

Pero al Consell todavía le faltaba muchas más críticas por escuchar. Esta vez partieron de Podemos y fueron dirigidas directamente a la vicepresidenta y consellera de Igualdad, Mónica Oltra. Antonio Montiel cuestionó algunas de las medidas adoptadas por el Gobierno valenciano, al que ha dicho que se puede ser «lento» pero es necesario tener «valentía y coraje» para acabar con esta violencia. Lamentó que se hubiese alejado de la calle y estaban adoptando una «prepotencia peligrosa» con los colectivos sociales. Remató la faena la diputada Llum Quiñonero acusándola de desmantelar la red de Infodona mientras la nueva no está en funcionamiento.

Oltra, visiblemente molesta, prometió que habrá una red en abril que controlarán los Ayuntamientos.