Arte, Cultura y Espectáculos

«Todos llevamos una banda sonora vital detrás»

Constantino Martínez-Orts
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Constantino Martínez-Orts. «FILM SYMPHONY ORCHESTRA». Tras el «sold out» del pasado 7 de noviembre vuelven a Valencia el 19 y 20 de diciembre a petición del público

–Este proyecto surgió en 2012. ¿Por qué dedicar un espectáculo de estas características a la música del cine?

–Hay varios puntos que facilitan que esto aparezca. Por una parte, una cuestión personal de amor por el cine y su música, esta es la parte más romántica del proyecto. Y por otra, siempre me ha dado pena ver los auditorios con muy poca gente joven, parece que sus actividades estén confinadas a gente más mayor y de un nivel socieconónico determinado. A pesar de ello, yo he crecido con el sonido sinfónico y me apena que esta sociedad piense que la música clásica no es para los jóvenes.

–Entonces, ¿podría decirse que su pretensión es dar otra imagen al sonido sinfónico habitualmente vinculado a la música clásica?

–Realmente formar parte de esto es querer sacar a la orquesta de los clichés y los corsés. Los conciertos clásicos, como ya he mencionado, parecen cosa de mayores. Es por eso que hemos creado actividades en torno a nuestro espectáculo, como montar un «photocall» o interactuar con el público, que en ocasiones viene disfrazado de sus personajes cinematográficos preferidos. Al final, de lo que se trata es de convertir un concierto sinfónico en toda una fiesta del cine.

–Incide mucho en la gente joven. ¿Es su objetivo que este sector se implique más con la música de orquesta?

–Nuestro objetivo es acercar la música sinfónica al gran público utilizando como hilo conductor, en este caso, mi pasión por el cine. Y de alguna manera, lo estamos consiguiendo al llenar auditorios. Pero sí, yo siempre he querido incidir en la gente joven, además, todos llevamos una banda sonora vital detrás. Al fin y al cabo, es cultura y eso es lo que queremos transmitir, que la música de orquesta es para todo tipo de públicos.

–¿Cómo se tomaron los músicos que forman el proyecto tener que tocar algo tan peculiar como son las bandas sonoras de grandes filmes?

–Antes que nada, destacar que todos son músicos se contrataron a través de una selección que hice yo. La premisa es la calidad artística y la excelencia técnica, ya que sin músicos brillantes no puedes conseguir el resultado que hemos obtenido. No obstante, siempre les he dicho, «aquí, o te gusta el cine o simplemente márchate a tocar ópera».

–En Valencia han tenido que ofrecer otros dos conciertos debido a la demanda del público. ¿Dónde cree que reside la clave de su éxito?

–En que el público percibe que las interpretaciones son muy buenas y tienen el rigor que la música de este tipo exige. Quien viene a escucharnos sabe que tratamos la música de sus películas preferidas con mimo y eso, la gente lo agradece. Es un proyecto que nace desde el corazón y que por tanto, no es oportunista.

–Mucho se ha hablado en los últimos años de la competencia o más bien falta de cohesión entre los dos grandes auditorios de la capital del Turia. El Palau de Les Arts y el Palau de la Música parecían estar enfrentados, ¿cree que es positivo el cambio de gestión que se ha producido en ambas instituciones?

–Teniendo solo dos espacios musicales en la ciudad de Valencia no era complicado ponerse de acuerdo para evitar solapar las programaciones, pero eso sucede en muchos sitios como Madrid. A pesar de ello, comulgo más con la actual gestión del Palau de Les Arts. Hasta hace poco su actividad era hermética y únicamente para sus producciones, era inaccesible, está produciéndose un cambio en la gestión y se está abriendo un poco más. Por contra, el Palau de la Música siempre ha sido cercano con nosotros y sus gestores se dieron cuenta hace tiempo de que era una casa de la música para todos. De alguna manera, esto incentiva la música y hace crecer la cultura musical de base.

–Desde esta nueva perspectiva de apertura a la ciudadanía en Les Arts, ¿le gustaría ofrecer su espectáculo en sus instalaciones?

–Sí que me gustaría. Llevamos muchos años trabajando con el Palau de la Música y tenemos muy buena relación con él, así que no veo por qué, en un momento determinado, no podríamos actuar en el Palau de Les Arts. Es un espacio que tiene dos salas espectaculares, tanto la de conciertos como la de ópera.

–Como músico valenciano y cuya formación también se forjó en Valencia, ¿qué opinión le merece la situación que están viviendo los estudiantes de música de los conservatorios superiores de la Comunitat Valenciana?

–Me parece fatal. No puede ser que haya alumnos máster en los conservatorios superiores de música que estén recibiendo docencia de profesores que no tienen la titulación adecuada para hacerlo. ¿En qué cabeza cabe? Me parece bien que se quieran reestructurar las cosas pero para mejor, en este caso, creo que se están haciendo las cosas mal. Espero que rectifiquen. No se puede cursar un máster con un profesor no titulado ni capacitado para hacerlo.

–Retomando el hilo de la Film Symphony Orchestra, ¿qué futuros proyectos tiene en mente?

–Estamos trabajando en distintas patas que sustentan la «Film Symphony Orchestra» como el ámbito pedagógico. Los niños son el futuro. Por otra parte, en enero verá la luz «Total Soundtrack», un proyecto en conjunto con Ad Hoc Studios parta crear una infraestructura en España capaz de grabar bandas sonoras y que el cine español deje de irse a Praga, Bratislava o Macedonia. En España hay mucha música y de buena calidad que quiere hacer esto. Además, también estaremos de gira en Latinoamérica, por suerte, el universo Film Symphony se va expandiendo.

EL PERFIL

Director, músico y docente valenciano

El maestro Constantino Martínez-Orts es compositor y director de orquesta especializado en música de cine, singularmente característico por su entusiasmo contagioso y la pasión que transmite en sus interpretaciones. Ha obtenido galardones internacionales como el Gran Premio de Dirección de Orquesta de Moldavia o el Segundo Premio en el Concurso Internacional de Dirección de Orquesta en Craiova. Su formación pasa por Valencia, Madrid, Londres, Nueva York, Siena o Bucarest, entre otras ciudades.