Religion

Tortajada recuerda que las cofradías deben practicar el servicio al prójimo

El consiliario de la Juntas de Hermandades de Valencia incide en que «son una manera de vivir el cristianismo y seguir a Jesucristo»

Bendición de las Palmas en la Catedral
Bendición de las Palmas en la Catedrallarazon

«La práctica de la caridad es algo esencial en la vida de un hermandad», asegura a LA RAZÓN el consiliario de la Junta de Hermandades y Cofradías de la diócesis de Valencia, Antonio Tortajada. «Las cofradías no son una simple asociación de personas para conseguir unos objetivos más o menos inmediatos, sino una manera de vivir en cristiano, de seguir a Jesucristo».

Tortajada incide en que una hermandad es algo más que una agrupación que venera determinadas imágenes, es un «espíritu», una vida, una fe, un patrimonio espiritual». Incide en la vocación de servicio el prójimo que debe caracterizar a las cofradías. «Son un camino, una ayuda para vivir mejor el cristianismo. Ofrece los medios que el cristiano necesita: palabra, sacramentos y caridad».

Recuerda que la hermandad es promovida por la Iglesia para ayudar a conocer a Cristo y tomar el Evangelio como norma de vida. «Nacida y encarnada en la cultura de un pueblo. Vive el amor fraterno y administra una bolsa de caridad». Considera que la religiosidad popular no solamente es objeto de evangelización sino que, «en cuanto contiene encarnada la Palabra de Dios, es una forma activa con la cual el pueblo se evangeliza continuamente». «No tenemos otra sabiduría, ni otra fuerza. Anunciamos a Jesucristo».

El consiliario de la Junta de Hermandades y Cofradías de la diocésis de Valencia destaca que muchas personas que se acercan a estas organizaciones lo hacen atraídos por diferentes valores, pero «se les debe ayudar a discernir el sentido verdaderamente religioso de las actividades en las que desean participar» y añade la necesidad de «estar muy atentos para que esa religiosidad no derive en formas extrañas a la auténtica vivencia de la fe cristiana. Para ello, habrá que huir de una pastoral fría, intelectualizante y distanciada del pueblo».

También aborda la importancia de la familia en la transmisión de la fe. Advierte de que muchos padres ya no comunican la fe a sus hijos. «Simplemente porque no la tienen o porque, en el mejor de los casos, delegan este cometido al colegio o a la parroquia». Por ello, insta a buscar a Jesucristo y tenerlo presente en cualquier situación.