Empleo

Un centro especial de empleo, al borde del cierre por los impagos del Consell

Una subvención de 40.000 euros al año basta para mantener esta cooperativa de diez empleados

La Cooperativa Virgen de La Esperanza realiza montajes de suministro eléctrico. Sus trabajadores tienen discapacidad física y/o intelectual/Kike Taberner
La Cooperativa Virgen de La Esperanza realiza montajes de suministro eléctrico. Sus trabajadores tienen discapacidad física y/o intelectual/Kike Tabernerlarazon

En la Cooperativa Valenciana Virgen de la Esperanza trabajan a destajo, pero sin perder la sonrisa. La entrega con la que trabajan los diez empleados se nota a simple vista. Lo hacen a pesar de que saben que su trabajo pende de un hilo y que desarrollan su actividad diaria en un taller en condiciones muy básicas.

Este Centro Especial de Empleo cuenta con una plantilla formada por siete personas que tienen una discapacidad intelectual y física y otras tres con discapacidad física.

Parte de su viabilidad depende de la subvención que reciben de la Conselleria de Economía. Nunca han cobrado al día, pero desde 2016 los pagos, a pesar de la cantidad que les corresponde no es demasiado elevada, se han ido retrasando cada vez más.

40.000 euros al año son suficientes para mantener operativa la empresa, pero a día de hoy, la Generalitat solo les ha pagado lo correspondiente al primer semestre de 2017. Es más, la subvención de 2018 todavía no se han resuelto. La tesorería de la empresa ya no da para más y lanzan una llamada de socorro. Si no han cobrado antes de julio, la situación será insostenible.

La opción de bajar la persiana planea cada día por la mente de los que forman la cooperativa. Sería un decisión muy dura y que dejaría en la estacada a estos trabajadores justo cuando más lo necesitan. Todos tienen más de 50 años, muchos ya no tienen padres y su salario es su único seguro ante la jubilación.

La gerente de esta cooperativa, Luisa Oliver, explica que no puede competir con otros de mayor tamaño en cuestiones tan básicas como la presentación de la documentación necesaria para pedir las ayudas. Sus recursos son escasos, circunstancia que en 2017 les llevó a perder las ayudas que, por primera vez, se sacaron por concurrencia competitiva. Tras reclamar, la aceptaron.

Esta cooperativa es proveedora de piezas de montaje de iluminación de una empresa de Riba-roja, facturan 115.000 euros años año y la subvención se utiliza exclusivamente para pagar el 50 por ciento de las nóminas.