Sociedad

Un joven admite dar varias palizas a su mujer porque no quedaba cerveza en Valencia

El procesado se ha reconocido autor de los hechos a la que fue su pareja durante tres años y la fiscal reclama penas de diez años de cárcel

El juicio se ha celebrado en Valencia
El juicio se ha celebrado en Valencialarazon

El procesado se ha reconocido autor de los hechos a la que fue su pareja durante tres años y la fiscal reclama penas de diez años de cárcel

Un joven acusado de dar varias palizas a la que fue su pareja durante tres años en el domicilio que ambos compartían en la calle Ave María de Benimàmet, en Valencia, ha reconocido todos los hechos descritos en el relato de los hechos de la Fiscalía, que describe como incluso en una ocasión, el hombre agredió brutalmente a la mujer al pedirle que sacara cerveza y decirle esta que no les quedaba en casa.

Este martes, en la primera sesión de este juicio que se celebra en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Valencia, el procesado se ha reconocido autor de los hechos que constan en el escrito de calificación provisional del Ministerio Público, aunque ha dicho no acordarse de la paliza con la que trató de acabar con la vida de la mujer porque “había fumado muchos porros de marihuana esa mañana”.

La fiscal de esta causa reclama para el acusado penas que suman diez años y cinco meses de cárcel por un delito de lesiones, otro de amenazas, un delito continuado de quebrantamiento de medida cautelar y un delito de homicidio en grado de tentativa, con la agravante de parentesco. Además, solicita indemnizaciones por un total de 213.000 euros para la víctima por los días impeditivos a causa de las múltiples lesiones sufridas, por las secuelas, por la pérdida de calidad de vida por estas y por daño psíquico.

Según consta en el relato de la acusación pública, el hombre insultaba con habitualidad a la que era su pareja y le manifestaba continuamente que ella iba a su trabajo, de camarera, “para golfear y para que le metieran mano”. En muchas ocasiones también le impidió que fuera a visitar a su madre a su domicilio, donde también residía su hijo.

Señala también Fiscalía que hacia las 22.00 horas del 13 de octubre de 2017, cuando la mujer llegó al domicilio en el que ambos vivían, se encontró con el procesado acompañado por su hermano y sus dos hijos y el hombre le pidió que sacara unas cervezas de la nevera. La víctima se dio cuenta de que no quedaban, por lo que salió a comprar más.

Cuando regresó a la casa, el acusado comenzó a increparla nuevamente con frases como “te has fumado toda la marihuana, esta que queda está húmeda... No vales para ser mujer, solo para ser puta...”, además de amenazas de muerte a ella y a su familia.

Además, con ánimo de atentar contra la integridad física de la mujer, le propinó puñetazos y bofetadas, incluso cuando la víctima ya había caído al suelo. Después la echó, mientras le decía que “tuviera cuidado con lo que decía por ahí” porque “iría a por ella y a por su familia”.

Orden de alejamiento

La mujer denunció estos hechos tras ser asistida de sus lesiones, ante lo que el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Valencia dictó un auto de alejamiento. Días después, el procesado, conocedor de que no podía acercarse a la mujer, contactó con ella vía telefónica e incluso apareció en el domicilio de sus padres, donde se encontraba ella, repitiéndole siempre que quería estar con ella, que volviera, y que si no lo hacía “se iba a meter heroína” y la convenció de que se arrepentía de lo que había hecho, por lo que la joven volvió al domicilio del procesado.

Finalmente, el 23 de octubre del mismo año, mientras la mujer estaba en el baño, el acusado entró y sin motivo alguno empezó a darle guantazos y puñetazos. Momentos más tarde, cuando la víctima estaba tendiendo la ropa en la terraza, el hombre, con ánimo de acabar con la vida de su pareja y sin haber tenido una discusión previa, le volvió a golpear en la cabeza.

La mujer se metió en la casa, pero el hombre la siguió para continuar golpeándola por todo el cuerpo hasta que se metió por medio el hijo de la mujer, de solo cuatro años, para intentar parar la agresión. La denunciante cogió al niño y se lo llevó hacia las escaleras para bajar al piso de los padres del procesado para pedir ayuda, momento que aprovechó el acusado para alcanzarla, cogerla del pelo y subirla a su vivienda nuevamente. Ya en su terraza continuó la agresión hasta que tuvo que parar porque llegó su padre.

A consecuencia de estos golpes, la mujer sufrió diversas fracturas y heridas, por las que tuvo que ser ingresada e intervenida quirúrgicamente.

Varias denuncias anteriores

En el juicio, el acusado ha reconocido los hechos descritos por Fiscalía, aunque después ha dicho durante su comparecencia que “nunca” le insultó. La representante del Ministerio Público le ha recordado que constan denuncias previas de la propia víctima, de su anterior pareja y madre de uno de sus hijos, y de sus propios padres por amenazas en dos ocasiones.

Sobre la última paliza que propinó a su expareja, en la que presuntamente trató de matarla, el hombre ha señalado que “no debería haber pasado” y ha asegurado que no se acuerda de lo sucedido porque “había fumado muchos porros de marihuana”. En este sentido, la fiscal expone en su escrito que el acusado presentaba aquel día una sintomatología de tipo psicótico que afectaba de forma grave a “su capacidad de conocer y de obrar con conocimiento”.