Valencia «contratará» policías de otros pueblos como refuerzo en Fallas

El Ayuntamiento advierte de la «necesidad evidente» de contar con más plantilla «porque estamos en Alerta 4»

La concejala de Protección Ciudadana en el Ayuntamiento de Valencia, Anaïs Menguzzato, destacó ayer la importancia de incrementar y mejorar las plantillas de los cuerpos de seguridad «en este momento en el que estamos en Alerta 4 de riesgo».

Afirmó que hay que eliminar la tasa de reposición impuesta por el Ministerio de Hacienda en esta área «porque la necesidad es más que evidente». A su juicio, la ciudad tiene un déficit de 300 agentes.

De hecho, la situación es tal que, ante citas tan importantes y multitudinarias como las Fallas, el Ayuntamiento pondrá en marcha herramientas para que puedan venir agentes de otros pueblos y ciudades de refuerzo, como hace el cuerpo de Bomberos, por ejemplo, mediante comisiones de servicios.

El Gobierno local ha solicitado al Gobierno central la eliminación de la tasa de reposición para ambos cuerpos, una propuesta que será presentada al pleno municipal que se reúne mañana.

Según explicó la concejala, el Gobierno tripartito ha convocado oposiciones tras diez años de sequía: «Si en esta década se hubiesen convocado 30 plazas por año, ahora tendríamos 300 policías más». Así mismo, destacó la importancia de la oposición para los mandos del cuerpo, «que no se convocan en este Ayuntamiento desde hace nada menos que doce años». Por ello, en estos momentos ya se está en proceso de subsanar esta carencia, con 81 plazas para intendentes, inspectores y oficiales.

Retén en El Cabanyal

Por otra parte, Menguzzato desveló que el nuevo retén de la Policía Local del barrio de El Cabanyal se ubicará entre las calles Escalante y José Benlliure, es decir, en la conocida como «zona cero», a fin de que tenga gran visibilidad y produzca un marcado efecto disuasorio. El retén empezará a funcionar esta misma semana, una vez se subsanen los últimos detalles de habilitación.

En cuanto al cierre de chatarrerías ilegales en el barrio, admitió que algunas de las que quedan por clausurar son utilizadas como viviendas y, en muchos casos, hay menores en ellas. «Eso hace que el trabajo sea más complejo y más largo porque hay que actuar en colaboración con los Servicios Sociales», explicó.