Valencia tendrá más agentes de Policía e instalará más radares para controlar el tráfico

La ciudad de Valencia instalará más radares móviles y aumentará las actuaciones policiales en materia de control de tráfico para lograr que ésta sea una urbe con cero accidentes. Se vigilará especialmente y se castigará como corresponde a quienes superen los límites de velocidad o no respeten semáforos y señalética.

La medida no nace con un afán recaudatorio, expresaron ayer los concejales de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi, y Protección Ciudadana, Sandra Gómez, pues el ayuntamiento publica desde hoy a través de «webs» y redes sociales, la ubicación exacta de los aparatos. El consistorio busca con ella controlar la velocidad de los vehículos para, de este modo, mejorar la seguridad de conductores, ciclistas y peatones.

Ambas delegaciones crearon ayer una mesa de trabajo conjunta, que gestionará de forma coordinada la información disponible y trabajará para la reducción de los accidentes en la vía pública. Se hará especial hincapié en las campañas informativas y de sensibilización, y se velará para que se respeten los límites de velocidad y los semáforos.

El principal objetivo es coordinar las acciones y gestionar la información de modo compartido. Los responsables del Centro de Gestión de Tráfico y los de Atestados de la Policía ya compartían alguna formación, pero tras consultarlo con ellos se vio que, si trabajaban de una manera coordinada, se actuaría de manera efectiva sobre algunos puntos del trazado vial de la ciudad en los que el número de accidentes es más elevado. Al respecto, los concejales admitieron ciertas carencias en la coordinación entre sus respectivas delegaciones, sobre todo en cuanto a la homogeneización de los datos recogidos y a la fluidez en los intercambios de éstos.

Asimismo, adelantaron que una de las acciones que impulsará la Mesa de manera transversal será la realización de campañas de educación y sensibilización, mostrando los efectos del exceso de velocidad. Por ejemplo, que un choque a 55 kilómetros por hora equivale al impacto contra el suelo que supondría una caída desde un piso 14. O que el espacio necesario para detener un vehículo que circula a 120 kilómetros por hora es más de tres campos de fútbol.