Sociedad

Ventajas de amamantar en verano

El bebé tendrá menos hambre por el calor, pero también más sed, por eso es mejor calmar su sed con algo que alimente, es decir, la leche materna

La Razón
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El bebé tendrá menos hambre por el calor, pero también más sed, por eso es mejor calmar su sed con algo que alimente, es decir, la leche materna

Con la llegada del calor tenemos menos ganas de comer y muchas más de beber. A los bebés les sucede los mismo, con la diferencia de que los mayores para saciar la sed tomamos agua. Esta no aporta nutriente alguno y seguro que tampoco nos hace falta, pero en cambio el niño que en esta época de calor no tiene tanta hambre, no le irá mal calmar su sed con algo que a la vez le alimente. Por eso, puede que si tiene sed demande teta más a menudo, sobre todo si todavía está siendo amamantado de forma exclusiva.

¿Por qué tomar agua, si la leche la proporciona toda la hidratación que necesita? La leche materna tiene en su composición la suficiente cantidad de agua y las sales minerales que el bebé necesita, en épocas de calor, lógico es que pida teta más a menudo, tome un poquito y pare, o incluso demande tomar un pequeño sorbo de cada pecho porque la leche de inicio tiene más cantidad de agua que la del final.

En el caso de bebés que comen otros alimentos, se les podría ofrecer agua, pero seguro que si está su madre, el bebé preferirá tomar su leche, ¡siempre es mejor! Lo mantiene hidratado y le proporciona la cantidad de nutrientes, vitaminas, proteínas... que su cuerpo necesita, por lo tanto, sigue alimentándose aunque debido al calor coma menos de otros alimentos.

En cambio si le das agua, lo mantendrás hidratado, pero no alimentado y dependiendo de la situación en la que te encuentres, puede que el bebé pierda peso y tengas que oír: «Tu leche es agua, no alimenta». La culpa la tiene el agua, pero no la de tu leche, sino la que se le da para calmar su sed.

No lo dudes, en verano también teta a demanda, de este modo alimentas al bebé, calmas su sed y más importante, disminuyes a su vez el riesgo de contraer la típicas diarreas de esta época del año, favoreciendo su pronto restablecimiento. En caso de padecerla, tu leche disminuirá su duración y severidad porque pase lo que pase, el bebé teta siempre quiere.

Además si sales de vacaciones, dar pecho tiene la gran ventaja de que no tendrás que llevar biberones ni botes de leche, ni utensilios para esterilizar. Es importante extremar las medidas sobre todo en verano donde el riesgo de contaminación de los sucedáneos de leche en polvo es muy alto, por lo que la madre que ha optado por la lactancia artificial debe de ser informada sobre cómo preparar los biberones para evitar su contaminación bacteriana. (Ver recomendaciones de la OMS de cómo preparar los sucedáneos de leche).

El biberón es una fuente importante de contaminación bacteriana, la teta de la madre un manantial de componentes inmunitarios que protegen al bebé. Por lo tanto al bebé de pecho no hay que dar agua con biberón, ya que a partir de los seis meses o incluso antes, un bebé que toma pecho puede beber de un vaso, que supone un menor riesgo de infecciones y diarreas, muy a considerar sobre todo en esta época del año.