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Vox se presenta para «desmontar el chiringuito autonómico» y combatir el marxismo cultural

La portavoz de Vox, Ana Vega, en una imagen de archivo
La portavoz de Vox, Ana Vega, en una imagen de archivolarazon

Había mucha expectación por escuchar la intervención Vox. Su síndica, Ana Vega, abordó todos aquellos puntos por lo que el partido ha conseguido hacerse oír durante la campaña electoral. Defendió el castellano, atacó el Estado Autonómico, aseguró que Gobiernos como el del Botànic margina a los católicos y a la familia, se mostró en contra de las leyes de memoria histórica, insistió en la defensa de todo «tipo de violencia» y avisó a todos los grupos parlamentarios que han llegado para «desmontar el chiringuito».

Advirtió de que no están aquí para unirse a los «consensos de amiguetes», sino para combatir «el marxismo cultural y las ideas que lo sustentan».

Los nueve diputados que acompañan a Vega aplaudieron en diferentes ocasiones y mostraron su indignación cuando el presidente Ximo Puig les preguntó si estarían en contra de las leyes de la Memoria Histórica si «ellos tuviesen a su abuelo enterrado en una fosa».

El presidente del grupo, José María Llanos, saltó inmediatamente asegurando que sí lo tenía y que la «memoria es para todos».

El uso del valenciano acaparó una parte importante de la intervención. Vega dijo que se ha practicado una política de «colonización» con el valenciano, consentida durante años con el PP y defendió que nadie puede ser obligado a estudiarla porque la Constitución dicta que el español es el único idioma oficial.

Puig defendió que no conoce a nadie que hable valenciano y que no entienda el castellano e insistió en que lo único que ha pretendido este Gobierno ha sido que los niños aprendan valenciano, castellano e inglés. «Es una lengua cooficial».

También insistió en la importancia del feminismo como única garantía para alcanzar la igualdad ante la acusación de Vox de «criminalizar» a la mitad de la población por ser hombres.