Elecciones autonómicas
Ximo Puig: «No pactaré con el PP, pero aceptaré propuestas de otros. Hay sintonía»
Su programa electoral va dirigido a reconquistar a los valencianos tras dos décadas de Gobierno del PP. ¿Sobre qué bases?
-El eje fundamental es la regeneración democrática. En la honradez es en lo único en lo que soy radical. La Comunitat está sometida a una situación de una gran desmoralización producida por la corrupción. El segundo tiene que ver con la reforma del modelo productivo. Durante estos 20 años el PP pensó que había atajos para el crecimiento económico y se pusieron todos los huevos en la cesta de lo inmobiliario y de la especulación. Queremos potenciar la industria agroalimentaria, reindustrializar los sectores maduros y mejorar el turismo y la construcción. A esto, hay que añadir nuestra posibilidad de estar insertos en la sociedad del conocimiento. En tercer lugar, la igualdad, que significa un Estado de Bienestar sostenible. Tenemos unos indicadores muy negativos: 37 por ciento de fracaso escolar, 31 por ciento de exclusión social, más listas de espera... El Estado de Bienestar en la Comunitat es más débil que en el resto de España.
-¿Qué opina de los conciertos educativos?
-Son una necesidad para dotar de educación pública universalizada. Forma parte de nuestra manera de entender la educación. Por lo tanto, el debate no es concertada sí o no. El debate es concertada, pero cumpliendo las exigencias de una enseñanza pública, pueden trabajar conjuntamente sin problemas. Hay que cumplir los conciertos adecuadamente. Tiene que haber una redistribución de los alumnos con dificultades en todos los colegios. No puede haber ninguna «etización», ni segregación entre sexos, ni elección por parte de los colegios de los alumnos. Al mismo tiempo, hay que luchar por una educación pública de máxima calidad y excelencia.
-¿Y los sanitarios?
-El problema está en las privatizaciones que se han producido en la Comunitat, no hay una evaluación de lo que ha pasado. Deber ser de gestión pública muy mayoritariamente, pero en cualquier caso hay que hacer que se cumplan los contratos, que los comisionados que hay en las áreas de salud privatizadas sean de verdad comisionados de la Generalitat. Hay que resolver las zonas oscuras como ha ocurrido en Alzira o en el IVO.
-¿Trasvase del Ebro o desaladoras?
-Lo fundamental es que haya agua para siempre, acordada. El PP durante mucho tiempo tuvo la bandera del agua como elemento de confrontación, frente a Cataluña y Aragón. Al final cuando el PP ha gobernado en Aragón,¿que ha hecho el Gobierno? Nada. ¿Dónde está el trasvase del Ebro? En ningún sitio. Sobre las desaladoras no se puede decir sí o no. Sí, según cómo y a qué coste. Hay cosas que abordar, pero de una manera diferente sin usar el agua como eje de confrontación.
-¿En su modelo de territorio entran las Actuaciones Territoriales Estratégicas y una nueva ley urbanística?
-Hay que reformar la Ley Urbanística. En algunos casos es como nosotros contemplamos, pero sobre todo hay que tener un sentido racional del uso del territorio y la sostenibilidad, fundamental para el futuro. Si hay una cosa que creo que sí que hay a echarle en cara muy directamente a la forma de gobierno del Partido Popular es el cortoplacismo. No se ha pensado qué va a ser de la próxima generación. No podemos en un tiempo acabar con todos los recursos territoriales o económicos incluso de varias generaciones.
-¿Está en sus prioridades eliminar las Diputaciones?
-Mientras no haya una reforma constitucional, lo único que se puede hacer es minimizar su papel político y que sean un espacio de ayuda a los pequeños Ayuntamientos. No pueden tener una política propia que finalmente acaba ligada casi siempre al clientelismo y la arbitrariedad a la hora de repartir las subvenciones. Los tres presidentes de las Diputaciones del PP han estado implicados en diferentes ámbitos de corrupción. Además duplican competencias. No es demasiado razonable mantener los cuatro niveles de Administración. Soy partidario de tres.
-¿Qué es lo primero que hará si es presidente de la Generalitat?
-Pedir perdón institucionalmente como presidente de la Generalitat a las víctimas del accidente de metro. Creo que se ejemplifica en esta situación la falta de respeto del PP a los ciudadanos.
-¿Mantiene su promesa de reabrir RTVV el próximo 9 d’ Octubre?
-Es posible legalmente y técnicamente, pero no es un capricho. Sí lo fue cerrarla porque en este momento cuesta más dinero mantenerla cerrada. Ese es el drama. Una Comunidad Autónoma como la nuestra que tiene lengua propia y cinco millones de habitantes, tiene que tener una radio y televisión pública para nuestra lengua, cultura y para cohesionar la propia Autonomía. También por el sector audiovisual, por lo que significan los medios de comunicación en cuanto a la calidad democrática de un país... No se trata de elegir entre pan o cultura. Ninguna región europea de nuestras características está sin televisión propia. Eso sí, una televisión valenciana sostenible lejos de las locuras que nos han llevado a tener 1.200 millones de euros que debemos pagar aún y que deberán pagar las futuras generaciones.
-¿Cómo se formará la plantilla? Los 1.800 quieren volver.
-Veremos todos los estudios. Buscaremos un acuerdo con la Abogacía de la Generalitat y los máximos consensos, sobre todo intentando que la reapertura no sea otra vez fruto de la confrontación .
-¿Cuál es para usted el principal problema de la Comunitat Valenciana, la corrupción o la falta de financiación?
-Los dos son fundamentales. Debemos pasar página con la corrupción, y eso solo es posible con el PP en la oposición. Aquí ha habido una corrupción sistémica asociada al PP. El presidente Fabra dice que él quiere regenerar, pero no es verdad porque ha actuado al límite. Es una hipoteca moral que afecta a nuestra credibilidad. Ahora, al margen de eso, hay que mejorar la financiación. No es razonable que haya diferencias de cuatro a una respecto a otras regiones. En estos momentos la Generalitat es inviable. Primero, por una mala financiación y luego porque el poco dinero que teníamos se ha gastado muy mal.
-¿Y al que tiene cuatro cómo le damos dos?
-Ese es el concepto que siempre pone encima de la mesa el Gobierno de España. Yo no quiero hablar del trocito de la tarta que ha decidido el Gobierno español que nos toca a las Comunidades Autónomas. Quiero hablar de toda la tarta, de los recursos públicos que tiene España. Miremos cómo se distribuyen. No voy a reñir con otra región para decirle «dame una parte de lo tuyo». Hay que hacer un sistema de financiación en España que sea razonable, con lo cual, si creemos que lo importante es la Educación, la Sanidad y los servicios sociales como elementos fundamentales de Bienestar Social, y cuestan el tanto por ciento del PIB que cuesta, eso es lo que se tiene que repartir de manera equitativa. A veces se habla de la asimetría del Estado federal, pero no, más asimétrico que hoy es imposible.
-¿Cuál es su línea roja contra la corrupción? El PP le afea que Orengo (portavoz del PSOE en la Diputación) siga en su cargo estando imputado.
- Es que es tan ridículo... A mí me produce simplemente tristeza. El PP se ha cargado el prestigio de la Generalitat Valenciana, y yo, que me creo la Generalitat, me duele en el alma. Mis líneas rojas están antes de que se produzca una imputación si claramente se tiene constancia de que alguien ha actuado de una manera deshonesta. El señor Fabra utiliza la cuestión de la corrupción en sus guerras internas. Sabe de las andanzas de Alfonso Rus desde hace muchísimo tiempo. No ha actuado hasta que ha oído las cintas, y realmente ha sido Génova. La política debe dar respuesta a los malos comportamientos.
-¿Lo de los ERE de Andalucía no es corrupción sistémica?
-No. Ha sido un fraude muy importante pero esta circunscrito a esa cuestión y a una política que no hay que despreciar ni denostar, que es intentar mantener empresas. De ella, ha habido unos tipos que se han enriquecido y evidentemente tienen que devolver el dinero y se tiene que llegar hasta el final. Al margen de lo judicial ciertamente también ha habido alguna responsabilidad política que hay que asumir porque se han hecho las cosas poco adecuadamente para que haya pasado. Sin embargo, ni los presidentes ni consejeros están implicados en financiación ilegal ni se han enriquecido personalmente.
-¿Está el objetivo de echar al PP del poder por encima de las diferencias que tiene el PSPV con el resto de fuerzas?
-El objetivo es ganar las elecciones, no echar al PP. Me he sentado con fuerzas de izquierdas y de derechas para firmar conjuntamente un acuerdo con la Asociación de Víctimas del Metro. Con quien no voy a pactar en ningún caso es con el PP, pero no por nada, sino porque creo que lo bueno para la Comunitat es pasar página del PP. Los casos de corrupción que continuarán jalonando deben estar residenciados en la página de sucesos y tribunales y no marcando la agenda política.
-¿Aceptaría cualquier disposición del resto de partidos? Por ejemplo, ¿aceptaría un presidente de Podemos?
-Yo no seré presidente a cualquier precio, evidentemente, y no me gusta la política ficción.
-¿Dónde pondrá el límite?
-Creo que esta legislatura será la del diálogo. Por eso hay que estar en disposición de aceptar lo que otros propongan. Yo creo que hay una gran sintonía. Quiero sacar el mayor número de votos posible para llevar a cabo mi programa de Gobierno en la máxima extensión. En cualquier caso, la situación económica de la Comunitat está para pocas bromas. El PP la va a dejar con 40.000 millones de deuda, la más elevada en relación al PIB de España, con unos compromisos de gasto a medio plazo de los que no tenemos la cuantificación exacta, pero que es muy elevada. Por tanto, lo primero que hay que hacer es una auditoría que encargaremos a la Sindicatura de Cuentas. A partir de ahí, veremos cómo ir reconstruyendo esta Comunidad.
-Compromís dice trabajar sin nadie que les mande desde fuera del territorio valenciano. ¿Están en desventaja con ellos?
-Somos un partido que es valenciano y español, claramente. En ese sentido no hay ningún problema, todo lo contrario. Gracias a que nosotros somos un partido que está implantado en toda España y tiene fortaleza en las instituciones nacionales, hemos podido trasladar nuestros problemas. Esta circunstancia va a ser decisiva para plantear el problema valenciano en toda su dimensión. Además ahora formamos parte de la dirección del PSOE y creo que es fundamental en alguna manera «valencianizar» España.
-¿Entra en sus planes pagar la deuda?
-Contemplamos el cambio de modelo de financiación y recuperación de una parte de la deuda que le debemos al Estado y que nosotros queremos conmutar. Casi la mitad de la deuda se la debemos al Estado porque durante muchos años la Comunitat Valenciana ha estado infrafinanciada. No es novedad, en otras Comunidades se ha hecho. En esta misma legislatura con Extremadura. Esto demuestra cómo quiere Rajoy a la Comunitat Valenciana. Luego hay otra parte que es deuda en la que ha incurrido la Generalitat que hay que devolver. Las deudas se pagan, lo que pasa es que el Estado tiene también una deuda con nosotros. Vamos a ponernos de acuerdo y a negociar.
-Otros de sus potenciales socios opinan que no hay que devolver el dinero a los bancos.
-La contraída con los bancos hay que pagarla. No creo que ninguno nos la quiera condonar y además, tenemos que continuar asistiendo a los mercados. Desde algún pensamiento pseudo izquierdista o izquierdista ha habido quien ha dicho que la deuda es progresista. Yo considero que la deuda, si no está claramente asociada a inversiones o investigaciones de las que van a disfrutar varias generaciones, no es progresista. Es más, es profundamente insolidaria. No podemos pagar nuestro Estado de Bienestar a tarjeta que van a pagar nuestros hijos y nuestros nietos. Es profundamente insolidario.
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