Política

Ximo Puig: «Si existe sospecha de corrupción, sea la persona que sea, debe ser apartada»

El presidente de la Generalitat vive obsesionado con dos cuestiones: desligar la imagen de la corrupción de la Comunitat y acabar con la marginación histórica en materia de financiación.

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig
El presidente de la Generalitat, Ximo Puiglarazon

El presidente de la Generalitat vive obsesionado con dos cuestiones: desligar la imagen de la corrupción de la Comunitat y acabar con la marginación histórica en materia de financiación.

El presidente de la Generalitat vive obsesionado con dos cuestiones: desligar la imagen de la corrupción de la Comunitat y acabar con la marginación histórica en materia de financiación.

La última propuesta realizada para reducir la deuda de la Generalitat se planteó este fin de semana junto a la presidenta de Andalucía, Susana Díaz. ¿Qué garantía hay de que se pueda poner en marcha este mecanismo? ¿Está de acuerdo el líder del PSOE, Pedro Sánchez?

-Se inicia un camino irreversible y es la aceptación de que ha habido infrafinanciación en la Comunitat Valenciana y en otras autonomías. La noticia es que una región como Andalucía, la más importante de España en cuanto a población, apoya a la Comunitat y se configura una negociación multilateral, no bilateral. Se trata de condonar unos recursos que unas autonomías han recibido como financiación ordinaria y nosotros como crédito.

-¿Se puede poner en marcha de una manera rápida?

-Es una de las mejores virtualidades de la propuesta. Puede ser de carácter inmediato y no afecta a la deuda del Estado porque ya está considerada como deuda delante de la Unión Europea. Se puede hacer de manera inmediata y nos daría recursos para mantener los servicios públicos.

-Está claro que la sintonía con Susana Díaz es buena. ¿Cómo afecta a la relación con Pedro Sánchez?

-Quiero tener buena relación con todos los presidentes. Es positivo que compartamos cosas con una Comunitat tan importante. Sánchez tiene el apoyo de todos los dirigentes socialistas para que intente un acuerdo de Gobierno.

-¿Las propuestas de Podemos lo ponen muy difícil?

-No se puede abordar una negociación desde la ortodoxia y el maximalismo, decir que este es mi programa y no hay capacidad de moverse. Se hace sabiendo que nadie va a imponer el cien por ciento de su programa, para eso hay que tener mayoría absoluta. Esto no es como una boda como las de antes, para toda la vida. Es, como mucho, un acuerdo para una legislatura en la que se pueden acordar muchas cuestiones entre Podemos, Ciudadanos, PSOE, Compromís y otros partidos. Podrían configurar una agenda de reformas y no quiere decir que las ideologías se confundan ni que sea la victoria de unos sobre otros.

-Estos pactos a cuatro, cinco, seis bandas... ¿No pondrán más difícil llegar a un acuerdo con el sistema de financiación?

-El sistema de financiación no solo debe ser un pacto entre los partidos en el Congreso o en el Senado, debe ser también entre las Comunidades. Tenemos mucho que decir. El Gobierno de España no puede imponer su visión. Hemos de priorizar las políticas, las cuestiones que gestiona el Estado y otras que dependen de las comunidades. Debemos ver qué porcentaje del PIB queremos que se aplique a estas políticas y en base a esto cambiar el sistema de financiación. Si la reforma se plantea como una confrontación de autonomías, no habrá solución. Aquí hemos llegado a un acuerdo todos los partidos porque tenemos una argumentación potente y rigurosa que nos hace tener la fuerza suficiente para exigir en el conjunto de España el respeto que nos merecemos. No será fácil en cualquier caso ni en ningún escenario, pero avanzamos en el camino correcto.

-Usted sí que propone elementos de ruptura como la revisión del cupo vasco.

-Estoy de acuerdo con el concierto porque está en la Constitución y mientras no se cambie, ahí está. Defiendo que hay que evaluar el cupo, como hay que hacerlo con todo. La política económica y financiera debe basarse en la evaluación permanente de las políticas públicas y su resultado económico. No puede haber para los mismos servicios públicos unos recursos tan diametralmente diferentes. No quiero que País Vasco ni Navarra tenga menos fondo, pero todo el mundo tiene que entender que si ellos tienen esos fondos, nosotros también los necesitamos.

-¿Cuál es el término razonable para un nuevo sistema de financiación? ¿Plantea alternativas porque no será a corto plazo?

-El plazo debe ser este año y considero que se deben asumir las dos cuestiones. Una, el cambio de sistema de financiación. Otra, la deuda histórica. Aparte, este año debe reformarse el modelo, entre otras cosas porque hace más de dos años que debería haberse hecho. Muchas personas ponen el grito al cielo cuando no se cumple la Constitución o la ley. Eso es lo que está ocurriendo.

-¿Se puede repetir el esquema valenciano en el ámbito nacional en lo que se refiere a los pactos de Gobierno?

-La primera cuestión es que aquí había una mayoría progresista clara y una coalición de intereses sociales a favor de esa mayoría. En Madrid no hay una mayoría aritmética clara. La parte exportable es profundizar en el debate del qué y después del quién. Si hay capacidad de generar un programa que vaya más allá de las fronteras de la aritmética de la izquierda, que no da la mayoría, sería suficiente para sacar adelante un Gobierno.

-¿De quién está más cerca el PSOE de C’s o de Podemos?

-El PSOE está cerca del PSOE y tiene su propuesta. Depende de qué hablemos. En la parte social en algunas de Podemos y en otras cosas relacionados con las libertades o planteamientos económicos, se puede estar con Ciudadanos. No estamos en una posición de equidistancia, aspiramos a un proyecto propio, a liderar este país.

-¿Cómo debemos entender la reunión con la presidenta del PPCV, Isabel Bonig?

-Es la normalidad democrática. Fue positiva, nos ayudó a configurar el gran acuerdo por una financiación justa y, por tanto, yo continuaré hablando con todos los representantes políticos. Por lo demás, este es un Gobierno estable que desarrolla su acción de gobierno con plena capacidad de continuar adelante.

-¿Hay cuestiones en las que está más de acuerdo con el PP que con Compromís?

-No, aunque con el PP hay que hablar siempre porque es el primer partido de la posición. Esta cuestión tiene que ver con el ADN de un demócrata. El cambio de modelo económico estaría bien que fuese fruto de grandes acuerdos.

-¿Está legitimado el PP para hablar de pactos con todos los asuntos de corrupción que tiene sobre la mesa?

-El PP necesita un gran análisis autocrítico y en algunos aspectos la exigencia de responsabilidad políticas y de algún cambio radical de lo que ha sido el pasado. Uno de los hándicap que tengo para hablar de financiación en Madrid es la corrupción. Luego vas a Berlín a una feria hortofrutícola en la que la Comunitat es la más potente no solo de España, sino de las más importantes de Europa y te preguntan por corrupción. Eso nos está hundiendo. El PP tiene que colaborar y apartar a todos los relacionados con la corrupción. Los electores conservadores, los que votaron al PP, se merecen mucho más respeto.

-¿Qué valoración hace de la detención del ex vicealcalde Alfonso Grau?

-Es difícil expresar con palabras lo que a los valencianos nos suponen estas noticias. El PP debe tomar decisiones muy rápidas porque no ha sido un caso u otro, que puede pasar y pasará en todos los partidos, sino que una actuación sistémica. Me produce indignación, asco, contribuye a deprimirme, pero no lo conseguirán. Tenemos grandes oportunidades. Está es una Comunidad honesta y de gente trabajadora. Tenemos que trabajar para que el paradigma de la sociedad valenciana cambie.

-La semana pasada la «Operación Taula» alcanzó al PSPV, también a Compromís y EU. ¿Seguirá una doctrina como secretario del PSPV o se evaluará caso por caso? Hablo de una persona de su confianza como es el señor Orengo.

-Sea la persona que sea, si hay alguna sospecha relacionada con la corrupción inmediatamente debe ser apartada. No podemos residenciar todas las responsabilidades políticas en el ámbito judicial. Hay otras responsabilidades que, sin ser un problema jurídico, se deben asumir. Esto no se ha hecho muchas veces. Es decir, la señora Rita Barberá no está encausada en estos momentos, pero es responsable político. En la Diputación de Valencia se ha llamado como investigados a representantes de la oposición de aquel momento. Con carácter cautelar los hemos apartado de sus responsabilidades y si son cuestiones relacionadas con la corrupción, se tomarán medidas de mayor contundencia. De momento no sabemos de qué se les investiga. No puede haber la más mínima conmiseración en la corrupción, pero tampoco hacer una acusación general sin tener datos.

-¿No cree que valdría la pena plantear una posición conjunta de todos los partidos con representación en las Corts?

-Es evidente que todo lo que podamos protocolizar respuestas está bien. Hay cuestiones que es difícil situar en un protocolo porque tiene que ver con la ética. Si una persona ha copiado una tesis doctoral no es problema judicial, pero no puede estar al frente de una Conselleria. Esas son las cuestiones que muchas veces residenciamos en al ámbito jurídico y no son así.

-¿Cómo se combate en un día como hoy la hipoteca reputacional?

-Es difícil porque se nos sitúa en el paradigma del centro de la corrupción. La Comunitat nada tiene que ver con esto. Es la que más exportó en 2015, la que trabaja mejor por nuestra balanza de pagos colectiva. El daño que hace a la Comunitat la sistémica corrupción del PP tiene consecuencias económicas, sociales y culturales enormes. El PP debe tomar decisiones en serio y esto quiere decir que debe acabar de una vez por todas con el entramado que le ha hecho ir dopado a tantas elecciones y que ha dopado a tantos dirigentes.

-La enseñanza concertada dice sentirse amenazada y la política de becas no ha sido aplaudida por las universidades privadas.

-En la enseñanza concertada hemos dicho que todas las que cumplan no tendrán problema. No puede ser que haya elementos de educación privada dentro de la concertada. Con respecto a las becas, es evidente que hay que priorizar a los que tienen dificultades para acudir a la universidad. Hay que priorizar los recursos.

-Los concertados y las privadas afirman que se limitará el derecho de elección de la educación. ¿Cómo asume esas críticas?

-Hay que asumirlas deportivamente. No voy a decir que alguna de estas críticas no tienen ninguna argumentación. Lo que no puede ser es que los que no tengan recursos económicos no puedan continuar sus estudios.