40 años de nóminas a punta de pistola

A punto de cumplir los 60 años, ni Marcelino ni Antonio eran nuevos en el arte de atracar bancos. Sus fichas policiales tienen reseñas desde los años 70. Son conocidos por varias generaciones de policías por su pertenencia a distintas bandas de atracadores, por sus largas estancias en prisión y por su reincidencia en cuanto volvían a pisar la calle. Además, siempre han tenido fijación con las sucursales de La Caixa.

Los últimos «palos» fueron en dos sucursales de Fuenlabrada y Hortaleza el pasado mes de enero pero uno de ellos no fue detenido hasta el pasado día 21 de marzo, ya que permanecía oculto en un chalé de Chinchón, propiedad de su hermano. El primer atraco, para estrenar el año, fue el día 9 de enero. La entidad escogida estaba en Fuenlabrada, en la calle Encuentro, 3. Entraron los dos, a cara descubierta y armados con un arma de fuego cada uno. Tras intimidar y amenazar a los empleados con una pistola y un revólver exigieron todo el dinero disponible. Consiguieron escapar con 1.047 euros. Al día siguiente, repitieron la operación. Esta vez en una sucursal de Hortaleza, en el 131 de la calle Oña. Marcelino y Antonio esperaron a la hora cercana al cierre para irrumpir con sus armas de fuego, aunque uno de los expertos atracadores cometió la imprudencia de entrar a cara descubierta. Esta vez fueron mucho más violentos, ya que, además de amenazar a los empleados bancarios a punta de pistola, les maniataron y les dejaron encerrados en un pequeño despacho para poder trabajar tranquilamente sin miedo a que nadie avisara a la Policía. Los atracadores esperaron a los retardos de la caja fuerte y del cajero para conseguir el dinero. Esta vez la operación se les dio mucho mejor. El botín fue desorbitado: 42.140 euros, 535 libras y 550 dólares. En base al modus operandi, a las características físicas descritas por las víctimas y a las imágenes de las cámaras de seguridad la Policía les identifica y establece un dispositivo de búsqueda para proceder a su detención. Marcelino Martín Martín, de 59 años y natural de Alcalá de Henares, fue arrestado el pasado 25 de febrero. Cuenta con trece antecedentes policiales desde los años 70. Estuvo implicado en el famoso robo acaecido en otra sucursal de La Caixa en el año 2006 en la calle Mota del Cuervo, cuando los GEO detuvieron a cinco atracadores que se colaron por los conductos del aire acondicionado. Habían dado al menos quince con el mismo modus operandi. También solían ocultarse en los falsos techos de los cajeros automáticos hasta la llegada de los primeros empleados.

Su compañero de andanzas, Antonio Mico Jiménez dio más trabajo a la Policía. Tras identificarle, los agentes constataron que sobre Antonio pesaba una requisitoria de detención ya que había quebrantado una condena en un centro penitenciario, donde permanecía desde 2009. Los investigadores sospecharon que podría estar escondido en la localidad de Chinchón ya que su hermano tenía allí un chalé. Y , efectivamente, allí vivía «semioculto». Tras un dispositivo policial, los agentes procedieron a su arresto. En ese momento el experto caco debía de tener planeado un nuevo golpe porque llevaba encima las dos armas de fuego (pistola semiautomática Astra), un revólver, ocho cartuchos de plomo, diez bridas blancas y, atención, una cartera con una falsa placa de policía en su interior. Mico tiene antecedentes desde el año 73 hasta 2002, cuando entró en prisión por lo mismo: robo a entidad bancaria. Está considerado por la Policía como un delincuente de «máxima peligrosidad» y es experto en varios modus operandi. Cuenta con nueve antecedentes, la mayoría por robo con fuerza y hurto, también por delitos contra la salud pública y falsificación de documento. Ahora se le imputan tenencia ilícita de armas, quebrantamiento de condena y dos delitos de robo con violencia junto a su compañero Marcelino.