Centros de Enseñanza

Así son las aulas «suplentes» de Valdebebas

Educación garantiza que las clases que se han levantado en el comedor cumplen con todos los requisitos.

Se compatibilizarán los usos del comedor con los descansos de los niños para no interferir en el transcurso de las clases. Foto. CAM
Se compatibilizarán los usos del comedor con los descansos de los niños para no interferir en el transcurso de las clases. Foto. CAMlarazon

Educación garantiza que las clases que se han levantado en el comedor cumplen con todos los requisitos.

Debido al retraso en las obras de ampliación del Colegio Público Alfredo Di Stefano en Valdebebas, los alumnos de infantil serán reubicados durante un par de meses en aulas provisionales en el comedor del centro. Clases que, ayer, la secretaria de Enseñanza de Comisiones Obreras, Isabel Galvín, afirmó que no cumplían con los requisitos mínimos legales. Sin embargo, desde la Consejería de Educación explicaron ayer que no sólo cumplen con todas las exigencias, sino que además se compatibilizará el uso del comedor con el horario de clase de los pequeños para que se puedan utilizar todas las instalaciones con normalidad.

La Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) del centro ya alertó a la Consejería de Educación del retraso en las obras de ampliación del centro y, finalmente, el departamento que dirige Rafael Van Grieken les presentó una alternativa para reubicar a los alumnos en distintas instalaciones del colegio hasta que termine la construcción prevista para finales de octubre. De este modo, se aprovechará el comedor para ubicar tres aulas suplentes durante un par de meses.

Sin embargo, desde CC OO afirmaron que dicha reorganización incumple de forma «flagrante» la normativa que regula los requisitos mínimos que deben reunir los centros educativos, en cuestiones relativas al tamaño de las aulas, la obligatoriedad de que los centros tengan gimnasio, aula de música e informática, aula de usos múltiples, biblioteca o zona de patio que está regulada según la etapa educativa de los niños que estudian en ella. «Su obligación es cumplir la Ley», zanjó Galvín.

Desde Educación, en cambio, calificaron las declaraciones de la secretaria de Enseñanza del sindicato de «irresponsable» por sembrar dudas en las familias. Así, explicaron que del comedor, que cuenta con 350 metros de superficie, se han separado tres aulas de entre 50 y 52 metros cuadrados cada una que cumplen con todas las exigencias legales para que los niños puedan dar clase con normalidad. Se ha dotado además a las aulas suplentes de todas los materiales y mobiliario habituales. Igualmente, señalaron que aún queda un comedor de 200 metros cuadrados que cubre las necesidades de los alumnos que, además, no lo utilizarán mientras los pequeños están dando clase.