Madrid
Cae Aníbal, el mejor falsificador de documentos de España
El cabecilla, de 72 años, tenía cuatro identidades. Producía permisos y DNI desde hace más de diez años
El cabecilla, de 72 años, tenía cuatro identidades. Producía permisos y DNI desde hace más de diez años.
La Policía Nacional detuvo ayer al considerado como el mejor falsificador de documentos de España, un hombre de 72 años y de origen argentino llamado Néstor Aníbal que operaba en nuestro país desde hace diez años y tenía una extensa red de intermediarios y una infraestructura amplia para llevar a cabo todas las fases de la falsificación de forma autónoma.
Fuentes policiales confirmaron que Aníbal «tomaba muchas precauciones», tal es el caso que poseía cuatro identidades de las cuales tres eran falsas, y que ni siquiera su mujer sabía su verdadero nombre. Los agentes comenzaron la investigación en agosto de 2017, la cual terminó ayer con la detención de este hombre y de otros 12 individuos de la organización, la mayoría intermediarios, de los cuales seis fueron arrestados en Madrid, cuatro en Barcelona, uno en Vigo y otro en Ibiza tras nueve registros de inmuebles. Entre los detenidos, se encontraban también el hijo de Néstor, que le ayudaba con las falsificaciones.
Este golpe policial, realizado bajo el nombre en clave «operación Chacal», consiguió desarticular el laboratorio donde realizaban los documentos en un edificio de oficinas de Rivas Vaciamadrid. Según un subinspector del grupo operativo de falsedad documental de la Policía Nacional, la maquinaria intervenida es «muy técnica» y su costesuperaba los 100.000 euros. «Barato no es, había máquinas de 3.000 euros cada una», señaló. Así, los agentes encontrarondos grabadoras láser CNC, seis impresoras de sublimación digital, dos prensas de impresión tampográfica y termográfica, dos escáneres, seis impresoras láser, equipos informáticos de última generación y unas 2.000 tarjetas en blanco –del tipo PVC y PC– con chips incorporados, entre otros efectos. Igualmente, en los registros, los agentes se incautaron de hasta 100.000 euros en efectivo, 20.000 dólares y otros 800.000 euros bloqueados en cuentas bancarias.
Los delincuentes falsificaban en torno a tres o cuatro documentos «cada día» según la Policía, entre ellos principalmente la Tarjeta de Residencia de Familiar Comunitaria, aunque también eran expertos en la realización de pasaportes, como italianos, argentinos o marroquíes, visados estadounidenses o cartas de identidad francesas o italianas, además de carnets de conducir españoles o tarjetas de residencia de nuestro país de régimen general y comunitario. Por los pasaportes llegaban a cobrar hasta 5.000 euros y entre 800 y 1.500 euros por otros documentos.
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