Arquitectura
Carmena «recorta» el rascacielos de Madrid Río
Poco le ha importado al nuevo equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid que las obras del centro comercial de Madrid Río situado entre los números 109 y 111 de la calle Antonio López hubieran comenzado el pasado 1 de junio para modificar el proyecto del gigante francés SCC.
La alcaldesa de Madrid advirtió desde su llegada a la Alcaldía de que revisaría el diseño del «Plaza Río 2» y en concreto el rascacielos de 180 metros de altura (27 plantas, que iban a albergar un hotel y un mirador) que aprobó el Gobierno de Ana Botella con el permiso de la Ley del Suelo de Esperanza Aguirre que, pese a que no permite más de cuatro alturas, se consideró un caso excepcional.
Según informó ayer el Ayuntamiento, el nuevo proyecto, acordado con la empresa propietaria de la parcela, «se integra en el urbanismo de Usera y Arganzuela», ya que cambia la idea inicial de un centro uniforme, monolítico y «poco expresivo» y que «rompía con la estética del barrio», por un complejo arquitectónico, dividido en dos unidades con lo que se dará respuesta a una de las principales quejas de los vecinos, que pedían un acceso al río desde la calle Matilde Gayo.
Acceso desde Matilde Gayo
Para ello, se prolongará esta vía ,que atravesará el centro comercial dividiéndolo en dos unidades. Se pavimentará con los mismos materiales del tramo antiguo de la calle Antonio López-Mirasierra, tendrá la misma anchura y estará abierto al cielo menos en su tramo central, que contará con una bóveda acristalada.
Según detalló el Ayuntamiento, para hacer esta modificiación se han basado en el artículo 4 del Plan Especial del Río Manzanares, que obliga a trazar un eje peatonal de 12 metros de anchura mínima por el centro del edificio, un paso que en el anterior proyecto era interior y estaba ocupado por escaleras mecánicas y terrazas de los futuros locales, y que ahora tendrá 16 metros de ancho y estará semiabierto. El nuevo diseño rebaja drásticamente la altura del antiguo proyecto porque, según el equipo de Carmena, el inicial incumplía la superficie de edificación, que no debía superar el 35 por ciento de la ocupación de la planta baja.
Además de la altura y del pasillo central, las fachadas también serán diferentes, ya que se adaptarán a las diferentes realidades de los barrios de Usera y Arganzuela. Así, las plantas bajas y zócalos comerciales serán más transparentes y las altas se destinarán a negocios de hostelería que funcionarán como miradores con vistas al río. Además, la fachada que mire al parque tendrá un diseño más adaptado al ambiente natural, con la presencia de vegetación, mientras que la fachada de Antonio López tendrá locales abiertos a la calle.
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