Ahora Madrid
Carmena se regala un baño de masas en su día 100
«Que ilusión recibiros», agradeció la regidora a parte de los 1.250 visitantes que pasaron por su despacho. Esperó a que los medios se fueran para salir
«Los que hayáis acabado, por favor id saliendo por la puerta a la derecha», solicitaba amablemente la vicealcaldesa Marta Higueras. Se percibía cierta prisa ayer en el despacho de Manuela Carmena para intentar que el mayor número de madrileños pudiera visitar su lugar de trabajo. Al final fueron, según el recuento municipal, 1.250 personas. Lo que en las redes sociales se había promocionado como una jornada de puertas abiertas en el ayuntamiento para visitar los rincones que habitualmente están cerrados al público terminó transformándose en un pequeño baño de masas para la ex jueza. Carmena cerró así los cinco días de celebración de sus primeros 100 como regidora y, de paso, recibía de una parte de los visitantes el cariño que, tal y como ha reiterado hasta en tres ocasiones esta semana, no le dan los medios de comunicación. Volvió una vez más a demostrar su recelo hacia la prensa ya que hasta que las cámaras de televisión no abandonaron a la hora pactada las dependencias municipales, ella no hizo acto de presencia para saludar a los primeros grupos.
Que la llegada al despacho era el único objetivo de la visita pudieron comprenderlo pronto los pacientes «peregrinos» que aguardaron más de media hora formando cola: medio minuto de explicación en las escaleras a las que se ha trasladado el retrato que Manolo Valdés le hizo a Juan Carlos I; paso fugaz por la antigua capilla que los últimos grupos ni siquiera realizaron; parada exprés en el salón de actos y vistazo a la galería de cristal desde una ventana. Finalmente, la alcaldesa ejerciendo de anfitriona, acompañada por Marta Higueras. El ritual se repetía una y otra vez: maratón de selfies con la alcaldesa, fotografías en su sillón y en el balcón con vistas a la Cibeles.
«Qué ilusión recibiros». Tras la bienvenida, algunos hacían pequeños apartes con la alcaldesa y otros simplemente le daban ánimos. Los gestos más cariñosos de la alcaldesa se los llevaron los más pequeños. Las más de mil personas que pisaron el despacho pudieron contemplar que en sus paredes mantiene dos de los últimos carteles de la Feria de San Isidro. Motivos taurinos en el centro neurálgico del Gobierno que ha prometido no subvencionar nunca más estos festejos. Fotografiaron su mesa de trabajo con decenas de carpetas ordenadas, algunos teléfonos apuntados, notas manuscritas y libros, como la biografía de Adolfo Suárez de Campo Vidal. En la estantería, un obsequio de los trabajadores de Coca Cola y algunos de los dípticos que el consistorio ha editado para hacer propaganda de su web de Participación.
Desde el Ayuntamiento, calificaron la iniciativa como todo un éxito. Pero hubo algunos que se quedaron con ganas de más. Quizá porque ya habían visto en televisión a Carmena enseñar su despacho y entonces sí, con cámaras delante, mostró todas las estancias –baño incluido– y los más de 200 metros en los que desarrolla parte de su jornada para criticar las obras realizadas por sus predecesores.
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