Comunidad de Madrid

Cartografías bajo cero en busca del «mapa del hielo»

Hasta 17 sensores toman datos estos días en las vías madrileñas para determinar las zonas donde hay más posibilidades de que se formen placas y se concentre nieve n La fórmula, pionera en España, es muy popular en EE UU

Cartografías bajo cero en busca del «mapa del hielo»
Cartografías bajo cero en busca del «mapa del hielo»larazon

El hielo en la carretera es uno de los peligros más importantes, y evidentes, a los que se enfrenta un conductor en invierno, especialmente si es motorista. Así que la Consejería de Transportes, consciente de ello, ha ideado un sistema con el que tratar de determinar en qué zonas de la región existen más posibilidades de que se formen placas cada día y, una vez conocidos los datos, determinar si se debe esparcir más sal (o salmuera) por la zona o reforzar la presencia de efectivos para tratar de deshacerla.

Hasta nueve sensores de frío se están empleando en la tarea para elaborar este «mapa del hielo» madrileño. Repartidos por las carreteras de la región recogen la temperatura del asfalto, la ambiental y el porcentaje de humedad, datos con los que se establecen las probabilidades de aparición de placas de hielo. Además, la Consejería tiene distribuidas otra red de ocho estaciones meteorológicas con las que se completan los datos y se evalúan los posibles riesgos para la circulación.

De los 17 dispositivos habilitados en la región, once de ellos se encuentran en la zona norte –ocho de ellos en diferentes partes de la Sierra–, y seis en el sur, con especial prevalencia en el sureste, donde las heladas por las mañanas se dan con mucha frecuencia. Así, se controlan por zonas las posibles heladas que puedan aparecer en los cerca de 2.600 kilómetros que constituyen la red de carreteras regionales. De ellas, son especialmente sensibles a la aparición de este problema los 135 kilómetros que discurren por encima de los 1.200 metros de altitud y los 235 que transitan en cotas situadas entre los 1.000 y los 1.200 metros.

Toda la información que proporcionan estos sistemas, GPS, sensores y estaciones meteorológicas (a la que hay que añadir los de los servicios de emergencia, Policía y protección ciudadana) se gestiona y coordina a través del Centro de Gestión de la Dirección General de Carreteras, lo que permite una reacción más rápida y precisa ante cualquier situación de emergencia en las vías regionales.

Detrás del 20% de accidentes

El control de todos esos puntos en los que las condiciones meteorológicas pueden hacer especialmente peligrosa la conducción responde a que, en cerca del 20% de los accidentes que se registran en invierno, la nieve, el hielo, la lluvia o el viento están directamente implicados como causa del mismo. En este sentido, la Comunidad de Madrid divide la región, en su plan de vialidad invernal, en tres zonas en función del número esperado de días de nieve al año para procurar una intervención más rápida y eficaz ante cualquier situación de riesgo: zonas de riesgo máximo, que son las áreas en las que nieva más de 20 días al año (Sierra de Guadarrama); de riesgo medio, donde nieva entre 5 y 20 días (desde San Martín de Valdeiglesias hasta La Cabrera), y de riesgo mínimo, con menos de 5 días de nieve al año (el área metropolitana y la cuenca del Tajo).

El sistema de organización también diferencia las emergencias en función de su gravedad en cuatro niveles: Nivel 0, relativo a situaciones de preemergencia que podrían dar lugar a niveles de alerta superiores; Nivel 1, en el que se requiere la intervención de los medios del plan; Nivel 2, en el que quedan cortadas las carreteras y aisladas las poblaciones y Nivel 3, que declara el ministerio del Interior al estar en juego el interés nacional.

Todas estas mediciones se realizan en coordinación con los ayuntamientos madrileños que, por cuarto año consecutivo, forman parte del dispositivo de actuación conjunta con el fin de minimizar los problemas que pudieran surgir este invierno en carreteras y vías urbanas en caso de producirse grandes nevadas.