Política

Bilbao

Cazado el «donjuán de Marín»

Se introdujo en la vida de las mujeres a través de perfiles falsos en las redes para luego pedirles dinero.

Rodrigo Nogueira Iglesias, más conocido como el «donjuán de Marín»
Rodrigo Nogueira Iglesias, más conocido como el «donjuán de Marín»larazon

Se introdujo en la vida de las mujeres a través de perfiles falsos en las redes para luego pedirles dinero.

La Policía Nacional detuvo ayer en Madrid a Rodrigo Nogueira, más conocido por el sobrenombre de «donjuán de Marín» o «donjuán estafador», un hombre de 42 años especializado en engañar a mujeres a través de internet, redes sociales y aplicaciones de citas. El sujeto llevaba unos 20 años en activo, y la Policía estima que pudo engañar a cerca de un centenar de mujeres, si bien se desconoce el número total de víctimas, ya que muchas prefirieron no interponer denuncia.

El arrestado llevaba fugado de la justicia desde finales de febrero de este año, cuando se le condenó a dos años de prisión y al pago de unos 3.000 euros de las costas procesales por maltrato, coa-cción y estafa a una mujer, como publicó «La Voz de Galicia». Además, este «donjuán» tenía tres reclamaciones de los juzgados de Bilbao, Burgos y Torrelaguna. Finalmente, en el mes de julio de este año, investigadores del Grupo de Fugitivos Nacionales comenzaron a buscar la pista sobre la posible localización del estafador en la zona de Pacífico en Madrid, donde fue localizado con un nombre falso y detenido ayer por la tarde.

A través del blog creado por algunas de estas víctimas, este medio ha podido tener acceso a varios testimonios sobre el estafador y sus distintos gustos y aficiones. El modus operandi de Rodrigo Nogueira se basaba en perfiles falsos en redes sociales y webs de citas, como por ejemplo Alex Bethancourt, Redhood, elchefnumero13, Roy Pérez Alonso, Varafinder, Leto, Vanger, wardog, winter, wayreth, Ravnos o Voivoda, entre otros. Con esos nombres fingía ser distintas personas con diferentes profesiones con los que procuraba llamar la atención de las mujeres. Tras conseguir su confianza, adoptaba una personalidad adecuada para engañar a su víctima, realizando desplazamientos por distintos puntos de España para contactar con ellas personalmente con el fin de iniciar una relación.

El sujeto llegó a convivir con algunas de las mujeres en su casa durante semanas o meses, estancias de tiempo que interrumpía normalmente con excusas de lo más extravagantes. Desde tener que cuidar a una hermana enferma o drogadicta, a la pérdida de un trabajo. Acto seguido, aprovechaba para pedir dinero u otros objetos de valor a las víctimas para solventar los problemas que en teoría le surgían. Después, desaparecía sin dejar rastro en busca de otra víctima.