Elecciones autonómicas

Ciudadanos criba a sus afiliados con Google

La Razón
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En los últimos dos años han expulsado a una veintena de militantes tras descubrir su pasado sospechoso mediante búsquedas en internet.

Como en muchos partidos de nuevo cuño, cuya notoriedad crece conforme se acercan las elecciones, Ciudadanos Madrid (C’s) ha incrementado una barbaridad su número de afiliados atrayendo, a verdaderos talentos, gente con ganas de cambiar las cosas, desencantados de otras formaciones e incluso «agentes dobles» cuyo único objetivo era desestabilizar a los de Albert Rivera. Para evitar que cualquiera se pueda sumar al carro del augurado éxito del partido naranja en las próximas elecciones autonómicas y municipales, C’s Madrid ha recurrido a una herramienta común para investigar el pasado de sus militantes, especialmente de quienes forman parte de las agrupaciones municipales que comenzaron a crearse en distintos pueblos de la región desde el pasado verano. Su secreto no es otro que Google.

«Normalmente se entrevista a los afiliados sobre sus intenciones y su carrera, de forma somera, pero a los que son candidatos a formar parte de las juntas directivas se les investiga, normalmente con búsquedas de Google», explica César Zafra, delegado de Ciudadanos en Madrid y número 2 de la lista a la Comunidad. De hecho, pese a que desde la central en Barcelona cuentan con un equipo de detectives contratado para investigar el pasado de quienes quieren acceder al partido, en Madrid el método es mucho más pedestre.

«Habitualmente, en los municipios pequeños los vecinos, que se conocen entre sí, suelen comentar los trapos sucios y apuntan por dónde hay que buscar en cada caso», detalla Zafra, que explica que aunque escuchan a todos los que critican a los miembros de las agrupaciones, les dan una importancia relativa y sólo si observan indicios, por lo que han encontrado en internet, de que hay alguna cuestión que no casa con el ideario del partido, entonces realizan una investigación más profunda.

Mediante este sistema tan particular en la Comunidad de Madrid Ciudadanos ha expulsado a una veintena de afiliados en los últimos dos años. Hay que tener en cuenta que, después de las elecciones europeas apenas había un par de centenares de militantes y, especialmente desde diciembre, esta cifra ha crecido exponencialmente, superando los 4.000 actualmente. Sin embargo, también ha sido ahora cuando los casos más llamativos han salido a la luz, provocando roces en las agrupaciones cuyo desarrollo se ha cortado de raíz mediante la imposición de gestoras.

Éste es el caso de Móstoles y Getafe, donde, por motivos completamente diferentes, la dirección regional de C’s ha optado por hacer borrón y cuenta nueva con los militantes que impulsaron a la formación naranja en las europeas. Así, en Móstoles, se retiró apenas una semana antes de presentar las listas al candidato Pedro Benayas, cuyo equipo de confianza creó un problema a los de Rivera al presentarse por duplicado en la lista de Ciudadanos y en el partido Tercera Vía, molestos por el «asalto» a la agrupación.

Pero, sin duda, el mayor conflicto y el que ha obligado a Ciudadanos Madrid ha replantearse la política de afiliación es el de Getafe. Según explicaron a LA RAZÓN miembros de la agrupación, creada el pasado verano, la sintonía con César Zafra fue completa hasta hace unos meses. Los que luego formaron parte de la primera junta directiva obtuvieron 2.500 votos para la formación naranja gracias a su trabajo en la campaña de las europeas, obteniendo el reconocimiento de la dirección regional, que les aupó en la creación de la agrupación.

Sin embargo, un nuevo militante comenzó a enviar correos a los afiliados denunciando que varios miembros de la directiva tenían relación con grupos de ultraderecha, algo que, según explicaron los afectados y confirmó Zafra, era conocido por la dirección regional. A raíz de estas denuncias, el coordinador de Getafe, Andrés Serrano, dimitió y también se dio de baja otro miembro de la directiva que, pese a todo, fue consultado a la hora de crear la gestora.

Es a partir de febrero cuando se nombra el nuevo equipo directivo y se expulsa a los sospechosos de mantener los contactos con grupos de ultraderecha como Falange y España 2000 cuando divergen las versiones de unos y otros. Según los expulsados, Zafra no quiso atender sus explicaciones y la baja fue sorpresiva. En cambio, el delegado de Madrid asegura que si bien conocía el pasado en Falange de uno de los miembros, no fue hasta después de la denuncia que descubrió que era más reciente de lo que pensaba. Por este motivo, desde la dirección regional optaron por prescindir de ese equipo y tomar con cautela a los afiliados de Getafe –que han protestado por no ir en la lista– de los que no saben si eran cómplices de que, al menos hace cuatro años, algunos miembros de su directiva fueran en las listas de España 2000 –aseguran que lo hicieron como independientes y sin mayor vinculación–.